Buenas, ya estoy de vuelta.
Muy cansado por el viaje y atontado por el Bósforo. Me he pasado todo el viaje yendo en barco 2 o 3 veces diarias y de tanto meneo aún tengo la sensación de estar en un barco, es algo especial. Tengo en la cabeza el vaivén de los barcos que cruzan el Estrecho entre la parte asiática de la ciudad y la parte europea.
Me ha gustado mucho, la recomiendo a todo el mundo. Obligado. Muchas zonas que ver, muchas mezquitas, museos, las murallas romanas que aún se conservan, el palacio de Topkapi (Sultanes), el Cuerno de Oro, la torre Galata, el Gran Bazar, etc. Es una ciudad muy cosmopolita y la verdad es que me ha sorprendido mucho, no me esperaba algo así. Es una ciudad muy al estilo Mediterráneo, el estrecho hace que la ciudad esté en conexión constante con el agua. Hay un negocio de transporte de gente de una zona a otra de la ciudad que funciona en barco exclusivamente. Me he sentido muchas veces como en casa o en cualquier otro país mediterráneo (Francia, Italia, Grecia). Como en casa, a veces incluso no notaba diferencia.
El transporte en general es caótico y el estilo turco de conducir es ALUCINANTE. Me he pateado la ciudad, montado en taxis y autobuses, tranvías, etc. Acojonante cómo conducen. Para cruzar las calles tienes que echarle más huevos que el conductor del vehículo porque los coches van a 2.000 en todos los tramos de ciudad. Al llegar vimos un muerto en la calle y un accidente de un coche que se comió una señal de tráfico. De verdad que tenéis que subiros a un taxi para experimentar el terror más absoluto. Tienen unos taxis que llaman dolmus que se abren a través de una puerta lateral y tienes que entrar y salir prácticamente en movimiento, haciendo saltos. Se comparten entre 6 o 7 pasajeros y te puedes bajar donde quieras, es para flipar. Los autobuses más cutres tienen las puertas abiertas y las dejan así todo el viaje. Me quedé cerca de la puerta en uno de los trayectos y os juro que pasas miedo porque cogen las curvas que parece que vas a salir disparado en cualquier momento...usan el pito para comunicarse y avisar al cliente o para meter bulla así que se oye el claxon mil veces al día...pit, pit, pit, pettttttt,pitttttt, pittt, pit, pit...ufff.
La gente muy amable, no me han robado, me han tratado muy bien y la verdad es que son muy simpáticos y muy cordiales. Da la sensación que son un pueblo muy vital y orgullosos de ser lo que son, son muy sinceros y se aceptan con todos sus defectos. A mí me habían dicho que eran unos ladrones y unos sinvergüenzas y la impresión es totalmente contraria. La ciudad es ENORME y es como un gran mercadillo toda ella. La gente vive del comercio y del día a día. Me he metido en cada tienda que parecía aquello el fin del mundo, calles laberínticas y bazares por todas partes. Negocios, mercadillos, mercados, etc, por TODOS LADOS. Es acojonante, todos los sitios están plagados de tiendas y gente vendiendo su mercancía a grito pelao.
Son fantásticos vendiendo, no había visto unos comerciales tan buenos. Simpáticos, atrevidos, cara duros...hablan castellano y me he entendido perfectamente, se puede ir allí sin necesidad de saber inglés. Tratan a los turistas muy bien pero hay que tener cuidado porque te pueden tomar el pelo, sobre todo los taxistas y algunos comerciantes. Incluso hablan el catalán mejor que yo y saben más vocabulario catalán que yo. Acojonante, os lo digo en serio. Creo que tienen una gran facilidad para captar el idioma y se aprenden frases, palabras y lo básico para negociar en el futuro. Se pasan tantos días vendiendo que se las saben todas.
El Gran Bazar es de lo más alucinante que he visto en mi vida. Os juro que a los 5 minutos no sabía dónde estaba, totalmente perdido con tantas calles y recovecos. Es como una ciudad subterránea repleta de gente que quiere comprar y vender como sea. He pasado por algunas zonas que no se me olvidarán en la vidad, parecía que no iba a salir vivo de allí y de pronto me encuentro con un café subterráneo repleto de gente de todo tipo...genial.
Lo más divertido es negociar. Ellos te dan un precio (unas bambas Nike a 90 liras=45 euros), tú dices que es muy caro o te vas, y entonces ellos te persiguen.
¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por estas bambas?. Respuesta mía
25 euros. El turco pone cara de ofendido:
Es buena calidad, bambas Nike (berrea algo en turco y se acercan varios comerciantes más de por ahí cerca. Todos se ponen a hablar entre ellos, haciendo gestos y mirándome...).
Buena calidad. Buen precio, no vas a encontrar nada parecido por aquí. Uno de ellos le dice algo al comerciante: ¡
35 euros, venga!...hago gesto de irme, mientras digo que no con el dedo...me persiguen y algunos hablan entre ellos con gesto ofendido y otros con gesto de...venga hombre, bájale el precio...
Treinta euros y te regalo un par de calcetines Adidas. Trato hecho. Los comerciantes hablan entre ellos, "
buen trato", se sonríen y uno que vende delicias turcas me da la mano y me da una delicia. Es simpático. Han ganado contra Croacia y habla de la posibilidad de ver una final Turquía-España...acabo comprándole dos cajas de delicias
Son gente fabulosa aunque como todo hay que ir con cuidado. Yo he tenido mucha suerte. Es una ciudad de contrastes por eso. Ves una turca tremenda y de pronto al momento varias mujeres tapadas de arriba abajo con chal negro, con guantes y con una mirada curiosa a mi acompañante que va con escote y falda corta. Tienen bigote porque la femenidad la tienen poco desarrollada. Es un poco chocante y triste pero es una ciudad de contrastes. Gente muy arreglada pero que huele fatal, nivel de vida muy alto pero también ves pobreza de vez en cuando...los olores son muy fuertes, a sobaco, pistacho, frito y agua salada...
Otra de las cosas que me ha gustado mucho es cuando todas las mezquitas llaman a los fieles a rezar... de pronto se oye por toda la ciudad el canto de llamada y te quedas acojonado porque tienen altavoces en muchos sitios y a las tantas de la noche te puedes desvelar oyendo el canto. Hay pocos practicantes y se nota que es una ciudad muy abierta y moderna o tendencias modernas. Los conservadores o más radicales son una minoría pero se ven cosas realmente curiosas, chocantes. No beben ni fuman, así que allí el te turco es la caña, muy bueno. El café turco no lo recomiendo, asqueroso.
Instambul (así se escribe en catalán). En castellano y en su idioma lo escriben Istanbul.
PD: Al llegar tuvimos que esperar que acabara el Turquía-Croacia porque el conductor estaba viendo los penaltis. Le aplaudimos cuando subió al autocar. Menudo jaleo esa noche, la gente se tiró a la calle que da gusto.