En mi opinión, los artículos de Pérez Reverte tienen cierta gracia por su "de-vuelta-de-todo-ismo". Es como si le dieran una columna semanal a un taxista pesado, de esos que te arreglan el mundo en dos patadas. Son un ejercicio de "decir las verdades del barquero", sin necesidad alguna de rigor o de objetividad. Después de todo, si "decirle a los demás lo mal que hacen su trabajo" fuera deporte olímpico, otro gallo cantaría en el medallero español. Ahora bien, ¿soluciones? ¿Propuestas? Ni que a él le pagaran por eso...Trismegisto escribió:Ya que se reflota el hilo, daré mi opinión que no dí en su momento cuando leí el artículo.
No me gusta Pérez Reverte como escritor, pero sí como académico. Me gusta como articulista, pero no me gusta este artículo. Es demagógico y me da la impresión de que lo ha escrito sólo por cumplir con el periódico. A lo mejor se quedó sin ideas para la fecha de entrega del artículo y dijo: "Vamos a calzar un buen puñado de insultos al hilo de la última noticia del periódico; diré algo con lo que la gente esté más o menos de acuerdo pero sin argumentos, así no se darán cuenta de que no los tengo. Lo aliño con mi prosa churrigueresca y ya vendrán mis turiferarios a decirme cuánta razón tengo".
A veces, Pérez Reverte me recuerda a House, pero zafio![]()
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En la línea de APR, aprovecho para quejarme, y mucho, y con mejores maneras (creo), porque los ingenieros químicos no han inventado todavía un combustible para el coche que se obtenga a partir de cáscaras de naranja, que sea barato, que no contamine y que al salir del tubo de escape vaya dejando olor a lavanda por la calle. Puestos a exigir a los demás que obtengan los resultados que a mí me da la gana, sin pararme a pensar si tienen los medios para conseguirlo, pidamos a lo grande, ¿no?