En ninguno de los países en vías de desarrollo, del tercer mundo, pobres o como queráis llamarlos, que he visitado o en los que viví, en ninguno, repito, la gente se planteaba una crisis del sistema capitalista. Lo que quieren es tener nuestro modo de vida, nuestras
cosas, seguridades y comodidades.
En el propio Egipto la gente que conocí no envidiaba nuestra capacidad de votar, sindicarnos o expresarnos, la gente que conocí allí o quería vivir aquí o vivir como aquí, léase, coche, microondas, trabajo y tranquilidad para el futuro. Eso no deja de preocuparme porque creo que podrían ser la esperanza para un cambio global que parece necesario; pero antes deben sacudirse extremismos de varios tipos (no sólo religioso), acabar con una concepción paternalista del poder y, sobretodo, con una corrupción generalizada en sentido tan amplio que causa pavor a cualquier observador.
Por otro lado hay un sentimiento de victimismo tan arraigado en esos países, una costumbre secular de echarle la culpa a otro de todo lo que les ocurre, que cuando se vean enfrentados a sus propias decisiones, no sé qué va a pasar, aunque, ya lo he dicho, les deseo lo mejor.
Aunque la credibilidad de los analistas ha quedado dañada por su probada incapacidad de ver venir esta bola de nieve aún hay algunos que saben de lo que hablan y
merecen cierta credibilidad. Si llega el día en que no tengamos gasolina para ir al Carrefool a comprar huevos Kinder o cosas que enseñarle al cuñado, si los estrechos de Suez y Ormuz se cierran o deja de llegar el gas argelino esperaremos que "quien sea" nos saque del aprieto y nos taparemos la nariz para no oler cómo lo hacen; si llega el caso el legionario anfibio de APR pasará a ser un héroe en vez de una figura anacrónica.
Esa es la realidad, hemos mantenido con nuestros votos a políticos que se las daban de buenistas mientras hacían tratos con sátrapas a los que ahora denigran. No somos solamente víctimas de un sistema económico o político que mantenemos, como mínimo, con el ahínco persistente de la inacción y la indolencia cómplices; somos una manga de hipócritas, cada uno en su medida y sálvese la madre superiora.
Vargas Llosa sobre el particular en El País:
http://www.elpais.com/articulo/opinion/ ... opi_13/Tes
One lovely morning about the end of april 1913, found me very pleased with life in general...