Vaya,
Kal, si escribes cosas con las que estoy de acuerdo al 100%, ¿con quién voy a discrepar?
Sobre el vídeo y sus datos, sólo quería comentar que eurostat publicó hace poco su anuario
Europe in figures y los ratios de fertilidad (media de niños por mujer) vienen en la página 156 y 157. Si no quieren descargarse el informe entero, en
este archivo de excel vienen los cuadros estadísticos (tablas 3.11 y 3.12). En general, las medias de los países europeos son inferiores a 2 hijos por mujer, pero eso de que la media de hijos de las mujeres musulmanas sea de ocho no se lo cree nadie: en
el mapa de este enlace, confeccionado con las estimaciones
CIA Factbook para 2009 del ratio de fertilidad para todos los países del mundo (excepto la RASD

) se ve que sólo los casos excepcionales de Niger y Mali se acercan a ese brutal 8. Por otro lado, el vídeo utiliza el umbral de 2,1 de una forma sesgada: tener una media menor no significa una condena a la extinción, sino que la sociedad envejece, algo normal en países desarrollados como los europeos. Además, no sólo hay que tener en cuenta la tasa de fertilidad, sino también la tasa de mortalidad infantil y la esperanza de vida al nacer. La primera es bajísima en Europa, mientras que Mali y Niger (por seguir con los ejemplos de antes) se encuentran entre los diez países con mayor tasa de mortalidad infantil, además de que la esperanza de vida es inferior a 55 años en ambos países.
A mí lo que me da rabia es cuando ves las noticias y hablan de "la nadadora española de origen ruso", "el saltador español de origen cubano", etc... Y no porque me parezca mal que estos sean españoles, sino porque oyendo eso te das cuenta que un moro o un negro que estén trabajando en España durante años serán siempre, a los ojos de muchos, "un moro" y "un negro", y nada más. Y sus hijos y sus nietos, por mucho que vivan y trabajen en España, serán siempre "el otro". De tanto despreciarlos y montar escándalos porque quieran rezar en un templo y no en un garaje, acabamos teniendo una profecía autocumplida, en forma de guetos y exclusión. Así podremos realimentar el mito de "esa gente no se integra". Esa es la triste mentalidad que veo en mucha gente: los inmigrantes que trabajen, pero que no traten de ser personas aquí. Es decir, que sean como el ganado.
Aunque me resultaría raro definir mis nueve años en Madrid como "emigración", yo también tengo alguna historia al respecto. Por suerte, al ser canario sólo me tocó aguantar la condescendencia (disfrazada de simpatía) con que algunos me decían que los canarios hablamos "de una forma muy graciosa", o que estamos aplatanados. Sin embargo, cada vez que me ha tocado cambiar de piso, al llamar al teléfono de cualquier anuncio tenía que decir "hola, soy un estudiante de Canarias y estoy interesado en el piso", porque si no aclaraba mi origen los dueños solían desconfiar de mi acento y me decían que estaba ya alquilado, aunque luego permaneciera anunciado varias semanas más. Parecer moro y hablar como un latinoamericano es una experiencia
enriquecedora en ese Madrid que presume de acogedor y donde hay gente que prefiere ir de pie en el metro antes que sentarse al lado de un negro. Al menos, para no dar una imagen del todo negativa, puedo decir que
los mejores perritos calientes de Getafe los preparan tres marroquíes (o, mejor dicho, tres getafenses de Casablanca) y es una de las cosas que más echo de menos.
Por último, volviendo al tema de las estadísticas, creo que al mirar las de eurostat puede uno preguntarse qué hacen de Holanda "hacia arriba" para combatir el frío, porque eso de que hasta los irlandeses tengan una tasa de fertilidad mayor que españoles e italianos derrumba algunos mitos sobre la pasión mediterránea.
