
Pues empezamos:
Partimos de Vigo el día 16. Aunque las instrucciones cuando respostamos en paises "amigos" es abandonar el puerto en plena noche las prisas hacen que salgamos de allí a las 13 horas. Tenemos ganas de volver a casa. Aquí tenéis una foto del Bessel tomada desde el puente justo antes de partir y el informe de la marcha de la guerra que puntualmente nos envía el BdU.


Mi intención es quedarme frente a la costa occidental de Irlanda con el fin de avistar algún convoy y partir luego rumbo a casa por el norte de las Shetland. Por las órdenes que nos llegan nos damos cuenta de que la guerra es total, sin contemplaciones.

El tiempo del Atlántico, haciendo honor a su fama, se vuelve pésimo, el peor de todos los que hayamos tenido hasta ahora. La visibilidad se ve reducida a menos de 500 metros, lo que nos obliga a estar realizando constantes inmersiones para escuchar por el hidrófono.

Todo transcurre tranquilamente hasta que el día 20 recibimos un informe del BdU avisando de la presencia de un convoy relativamente cerca de nuestra posición. Ordeno ir hacia allá a media máquina, con esta niebla no se ve un carajo y las posibilidades de chocar contra un mercante no son pocas.

Mientras me dirigía a la zona indicada pensaba qué haría una vez estuviese allí. Si conseguía detectar al convoy con el hidrófono, ¿lo seguiría hasta que el tiempo despejase o intentaría atacarlo a corta distancia? ¿Estaría muy protegido o, por el contrario, habría partido sin escolta aprovechando el mal tiempo? Me sacó de mis pensamientos el grito de un serviola: "Barco a estribor, a corta distancia!!!". "Inmersión, inmersión!!!""
Subo el periscopio para averiguar qué clase de buque es y esto es lo que veo.

Sólo mar y lluvia golpeando la óptica del periscopio. Justo en ese momento ... BUMMM, BUMMM ... ALARRRRMMMM ... "a 150 metros, máquinas a toda potencia!!!! Rápido, rápido..."
No se qué nos ha dado pero nos ha dañado gravemente la zona central del U46. Enseguida la brigada de guardia se apresta a reparar los desperfectos. Al cabo de unos minutos la inundación se controla y todos los sitemas vuelven a funcionar normalmente. Aún así, el casco se ha quedado bastante tocado. El sonarista avisa de la presencia de al menos 3 barcos de guerra en nuestra vertical. Las cargas de profundidad y los pings que golpean el barco se confunden en un estruendo increíble. Seguimos bajando hasta los 140 metros, no quiero arriesgarme a bajar más por los daños sufridos por el casco.


Pues sí que estamos buenos, aún no he visto un solo mercante y ya me han zurrado. El ping desaparece una vez alcanzamos los 100 metros y de momento parece que nos hemos salvado. Ahora a esperar ... El sonarista avisa de la presencia de mercantes, sin duda es el convoy. Tendré que esperar una mejor ocasión, lástima! Los DD's (no me cabe la menor duda de que son destructores) siguen cerca de nosotros durante... 2 HORAS!!! Cuando ya es de noche los jodidos se alejan a toda velocidad. A superfície, las baterías están muy desgastadas y el nivel de CO2 empieza a ser elevado.
Decido poner un rumbo que me acerque al convoy y bordeándolo por babor, esperarlo en una posición favorable. Si está en esta zona seguro que se dirige a Liverpool y es fácil prever por dónde va a pasar. Así que me pongo en ruta.

Esta vez mis cálculos no fallan. Doce horas después de emerger me encuentro justo en la derrota del convoy. Y hace una hora que estoy sumergido y con el sonarista en alerta. Esta vez no me pasará como antes. Poco a poco van desfilando por el periscopio los buques de escolta.

Más tarde, entre la niebla, van apareciendo los mercantes navegando lentamente. Apunto al único que veo, un mercante medio. Preparo los torpedos y los ajusto a 6 metros. No creo que pueda volver a disparar otra vez con esta niebla, así que decido asegurar el hundimiento disparando los 4 tubos.

Mi oficial de armamento me comunica que la posición es idónea, así que ordeno hacer fuego. "Tubo 1, tubo 2, tubo 3, tubo 4 ... FUEGO!!!" Los torpedo salen disparados y el submarino experimenta un suave retroceso. Y pasa lo de siempre ...


El otro torpedo impacta finalmente en el objetivo inicial pero no lo hunde. O al menos eso creo, porque en ese momento nos sumergíamos a toda pastilla después de que el sonarista avisara de la presencia de barcos de guerra que se dirigían hacia aquí a toda velocidad. Y vuelta a empezar. Dos horas más de navegar silenciosamente a 140 metros y dando continuas bordadas para despistar a los malditos destructores. (en este intervalo he hecho la colada y me he ido a comprar el diario, y no es coña

Cuando consigo salir a superficie ya estoy hasta las narices del mal tiempo, así que decido poner proa a casa. Entramos en Wilhelmshaven el día 28 al anochecer. Nos hemos ganado unas vacaciones.
Bueno, pues eso es todo por el momento. Me da la sensación de que si la cosa sigue así no duraré mucho. Esta vez ha estado muy cerca, la verdad. Es terrible saber que sólo es cuestión de tiempo que te hundan.
