Ayer vi "Silencio" de Scorsese. En principio me extrañaba la poca repercusión que tuvo en su estreno la película, siendo de quien es. Pues al contrario que nuestro "querido" Ridley, el maestro Scorsese sigue igual de prolífico que siempre y con una calidad muy, muy alta. Sin duda uno de los mejores directores de cine de todos los tiempos y con algunos películas totalmente imprescindibles.
Después de verla entendí el porque de ese alejamiento, y no es desde luego por la calidad de la película que es enorme, sino por el tema: dos misioneros jesuitas se dirigen a Japón para buscar a un tercero que fue su mentor y ha apostatado. Y no, no es una película de aventuras, ni la búsqueda se parece a la del corazón de la jungla de Conrad, la película trata sobre la fe, su búsqueda, sobre el contraste entre occidente y oriente, sobre Dios y lo difícil que es seguir teniendo fe muchas veces por su
silencio. Copio y pego un trozo de la crítica de Quím Casals en film affinity porque creo que expresa perfectamente lo que quiero decir:
El tema, casi tres horas donde como quien dice no hay una sola escena donde no se hable de Dios, del cristianismo y de la fe, es el otro gran problema para su recomendación. Que nadie se lleve a engaño, estamos ante una propuesta eminentemente espiritual. Obviamente, no se precisa ser creyente o agnóstico para entrar en ella, pero parece de sentido común pensar que llenará más y proporcionará mayor placer –o dolor— e interrogantes significativos al espectador con ciertas inquietudes sobre lo trascendente, o con un cierto interés antropológico sobre el papel de las religiones a lo largo de la historia, que al espectador totalmente indiferente u hostil ante estas materias.
En definitiva, y cerrando el círculo con el que he iniciado estas líneas, me limitaré a recomendarla, y no sin precauciones, a todos aquellos que conserven intacta, y cultiven con esmero y cariño, su fe en el Cine.
Tecnicamente es una maravilla, desde la fotografía como la ambientación y los actores con un sorprendente Andrew Garfield que se erige como el protagonista absoluto de la película. Como única pego le pongo que el portugués ha sido sustituido por el inglés completamente y sorprendentemente lo hablan incluso los carceleros japoneses o los lugareños. De hecho hasta bien entrada la película con la llegada del
inquisidor al pueblo creo que nadie habla en japonés.
Por cierto, que me sorprendió que la película es un remake de otra japonesa de 1972 basada en la obra de Shusaku Endo.