Las monjas y la bandera
XLSemanal - 20/9/2010
Hace algunos años, en el canal de entrada de San Juan de Puerto Rico, frente a los
castillos del Morro y San Cristóbal, me llamó la atención una enorme bandera española que
alguien ondeaba en un edificio blanco próximo a la embocadura. «Son las monjas», dijo quien
me acompañaba, que era mi amigo y editor en Puerto Rico Miguel Tapia. «Y eso es que está
entrando un barco español.» No hablamos más en ese momento, pues estábamos ocupados en
otras cosas; pero lo de la bandera y las monjas me picó la curiosidad. Así que después procuré
enterarme bien del asunto, que resultó ser una bella historia de lealtades y nostalgias. Algo que
realmente comenzó hace más de un siglo, el 16 de julio de 1898.
Aquel fue el año del desastre. Trece días antes, la escuadra del almirante Cervera, que
había salido a combatir sin esperanza en el combate más estúpido y heroico de nuestra historia,
había sido aniquilada en Santiago de Cuba por el abrumador poder naval norteamericano. Los
buques de guerra yanquis bloqueaban la isla de Puerto Rico, impidiendo la llegada de refuerzos
y suministros a las tropas cercadas. En esas circunstancias, el Antonio López, un moderno y
rápido buque mercante que había salido de Cádiz con armas y pertrechos para la guarnición,
recibió un telegrama con el texto: «Es Que Usted Haga Llegar Preciso El Cargamento Un
Puerto Rico Aunque Sí Pierda El Barco». Veterano, disciplinado, profesional, con los aparejos
en su sitio, el capitán del Antonio López, que se llamaba don Ginés Carreras, intentó burlar el
bloqueo estadounidense. No lo consiguió. El 28 de junio, cuando navegando sin luces y pegado a
la costa intentaba entrar en San Juan, fue localizado por el USS Yosemite, que lo cañoneó. El
capitán Carreras logró escapar a medias, varando el barco en Ensenada Honda, cerca de la playa
de Socorro, desde donde en los días siguientes intentó llevar a tierra cuanto podía salvarse del
cargamento. Pero dos semanas más tarde, el USS New Orleans se acercó para dar el golpe de
gracia, destrozándolo a cañonazos.
Fue entonces cuando se tejió la historia que les cuento. Bajo el bombardeo, un
tripulante del Antonio López, que se había atado la bandera del barco a la cintura antes de
echarse al agua para intentar ganar tierra a nado, llegó gravemente herido a la orilla. Nunca
pudo averiguarse su nombre, pues murió en brazos de un puertorriqueño de los que acudieron
a ayudar a los náufragos. «Que no la agarren», suplicó el marinero mientras moría, señalando la
bandera. Y el puertorriqueño cumplió su palabra, quizá porque se llamaba Rocaforte y era de
padres gallegos. Hombre supersticioso o religioso, y en cualquier caso hombre de bien, por no
incumplir la demanda de un moribundo, la guardó en su casa durante años. Y al fin, un día,
pensó en las monjas.
Eran españolas, de las Siervas de María, instaladas en la isla desde 1897. Atendían un
hospital junto a la boca del puerto, y permanecieron allí después de la salida de España y la
descarada apropiación de la isla por los Estados Unidos. Acabada la guerra, las hermanas, con la
natural nostalgia, adoptaron la costumbre de saludar desde la galería del hospital, agitando sus
pañuelos, cada vez que un barco de su lejana patria entraba o salía en el puerto. Eso dio a
Rocaforte la idea de confiarles la bandera. Se presentó en el hospital, contó la historia a la
madre superiora, y le entregó la enseña. Y desde entonces, cuando entraba o salía de San Juan
un barco español, las monjas hacían ondear en la galería, en vez de pañuelos, la vieja bandera
del barco perdido.
Todavía lo hacen, un siglo después. De las veintisiete monjas que atienden hoy el
hospital de las Siervas de María, ya sólo cinco son compatriotas nuestras. Pero cada vez que un
barco español pasa frente al hospital, navegando lentamente por la canal de boyas, su capitán
cumple el viejo ritual de dar tres toques de sirena y hacer ondear la bandera en respuesta al
saludo de las monjas, que desde la galería agitan la suya. De haberlo sabido, aquel anónimo
marinero del Antonio López que hace ciento doce años se arrojó al mar, intentando ganar la
playa bajo el fuego norteamericano con la enseña de su barco atada a la cintura, estaría
satisfecho. Me pregunto si quienes salieron a la calle tras el último partido del Mundial de
Fútbol, llenándolo todo de colores rojo y amarillo, serían conscientes de que se trataba de la
misma memoria y la misma bandera. Y de que, al ondearla con júbilo en calles y balcones,
rendían también homenaje a tanta ingenua y pobre gente que, manipulada, engañada, manejada
por los de siempre -«Aunque Sí Pierda El Barco», ordenaron los que diseñan banderas pero
nunca mueren defendiéndolas-, cumplió honradamente con lo que creía eran su deber y su
vergüenza torera. Y esto incluye a las monjas de San Juan.
Las monjas y la bandera, una perla de nuestro Pérez Reverte.
- losepas
- Regular - Unteroffizier
- Mensajes: 322
- Registrado: 12 Jul 2004, 19:06
- STEAM: Jugador
- Ubicación: En el parque de Monteleón, junto a Daoíz y Velarde...
Las monjas y la bandera, una perla de nuestro Pérez Reverte.
Se dice que el deber del soldado es morir por su patria.No es así. Su deber es procurar que el soldado enemigo muera por la suya.GOLDBERG, David
- Nitromortyr
- Crack - Major
- Mensajes: 1652
- Registrado: 29 Ago 2005, 20:05
- STEAM: Jugador
- Ubicación: Miskatonic.
Re: Las monjas y la bandera, una perla de nuestro Pérez Reve
Bonita historia, una de las muchas en las que se muestra el arrojo y la valentía de tantos olvidados.
Cuando te empujan, matar es tan fácil como respirar (John Rambo).


- balowsky
- Veteran - Hauptmann
- Mensajes: 1355
- Registrado: 18 Mar 2007, 23:44
- STEAM: No Jugador
- Ubicación: Club de Tablero PdL
Re: Las monjas y la bandera, una perla de nuestro Pérez Reve
En esta web se me está aficionando a Pérez Reverte. Que bien escribe el jodido
"Se puede conocer más de una persona en una hora de juego que en un año de conversación" (Platón)
"A veces me siento solo.......a veces me siento Skywalker"
"A veces me siento solo.......a veces me siento Skywalker"
Re: Las monjas y la bandera, una perla de nuestro Pérez Reve
Excepto que siempre escribe en el mismo registro y de ahí no sale, llega un momento en que sabes exactamente que va a decir a continuación.balowsky escribió:En esta web se me está aficionando a Pérez Reverte. Que bien escribe el jodido
Como columnista es amo pero como escritor no vale mucho (pero con “la sombra del aguila” me reí mucho

- Stratos
- Crack - Oberst
- Mensajes: 3596
- Registrado: 23 Nov 2004, 09:41
- STEAM: Jugador
- Ubicación: Amposta
Re: Las monjas y la bandera, una perla de nuestro Pérez Reve
Bonita historia si señor.
-Los pilotos de caza hacen películas.
-Los de ataque hacen historia!

-Los de ataque hacen historia!

- Kal
- Support-PdL
- Mensajes: 9332
- Registrado: 09 Jul 2005, 19:35
- STEAM: Jugador
- Ubicación: En la Inopia.
Re: Las monjas y la bandera, una perla de nuestro Pérez Reve
Como escritor (yo sí pondré que es mi modesta opinión) ha tenido momentos muy brillantes; para mí su mejor libro es "El pintor de batallas" seguido de "El Asedio". De la serie Alatriste creo que "Corsarios de levante" es el mejor.Jimmy escribió:Excepto que siempre escribe en el mismo registro y de ahí no sale, llega un momento en que sabes exactamente que va a decir a continuación.balowsky escribió:En esta web se me está aficionando a Pérez Reverte. Que bien escribe el jodido
Como columnista es amo pero como escritor no vale mucho (pero con “la sombra del aguila” me reí mucho)
Por otro lado, dices que siempre escribe en el mismo registro. Hay quien llama a eso estilo. En fotografía es muy habitual poder identificar a un maestro nada más ver una de sus fotos. ¿Mismo registro repetido? No. Estilo. De nuevo, en mi modesta opinión, no vaya a parecer que trato de sentar cátedra o aseverar una verdad absoluta e incontestable.

One lovely morning about the end of april 1913, found me very pleased with life in general...
Re: Las monjas y la bandera, una perla de nuestro Pérez Reve
Cuando era chaval y soñaba con llevar una cámara al hombro en plan reportero audaz tenía el "Territorio comanche" siempre en mi mesita y no olvido la imagen de pena y dolor de aquella escena de un perro cojeando en tierra de nadie... luego, claro, la vida me puso en su lugar y me vi grabando bodas y comuniones, y supe que ya no podía llegar más lejos...
Hoy, siempre que tengo oportunidad como un trilero cualquiera, salgo en defensa de Reverte. Aunque muchas veces me ha decepcionado como escritor (según mis gustos personales y subjetivos) no puedo resistirme a su verbo de barrio y pelea en algunos de sus artículos. Reconozco que me apasionan sus historias. Maniqueas o no, me gustan. Creo que son necesarias para recobrar parte del orgullo que perdimos como nación... y, sin duda, le envidio porque es capaz de poner a parir a todo dios, faltando si hace falta, y quedarse tan a gusto...
Por otra parte, aunque imagino que Reverte no será como uno lo piensa a través de sus escritos, reconozco en él a parte de mí. No conozco ningún escritor que hable con tanta pasión de hechos de armas, de pelis de guerra, de gente con dos cojones (permitirme su licencia)... y eso, así, en claro y por la cara , me entusiasma. Qué le voy a hacer...
Parafraseando un comentario suyo: "... yo también soy un mosquetero."

Hoy, siempre que tengo oportunidad como un trilero cualquiera, salgo en defensa de Reverte. Aunque muchas veces me ha decepcionado como escritor (según mis gustos personales y subjetivos) no puedo resistirme a su verbo de barrio y pelea en algunos de sus artículos. Reconozco que me apasionan sus historias. Maniqueas o no, me gustan. Creo que son necesarias para recobrar parte del orgullo que perdimos como nación... y, sin duda, le envidio porque es capaz de poner a parir a todo dios, faltando si hace falta, y quedarse tan a gusto...

Por otra parte, aunque imagino que Reverte no será como uno lo piensa a través de sus escritos, reconozco en él a parte de mí. No conozco ningún escritor que hable con tanta pasión de hechos de armas, de pelis de guerra, de gente con dos cojones (permitirme su licencia)... y eso, así, en claro y por la cara , me entusiasma. Qué le voy a hacer...
Parafraseando un comentario suyo: "... yo también soy un mosquetero."
