Entrar en detalle llevaría mucho tiempo y mucho que escribir. Pero siendo breve:
Cuando esta munición fue presentada en sociedad, se planteó como una de sus principales ventajas que era más ligera y podía transportarse en mayor cantidad que el antiguo calibre 7,62. También que, al ser más pequeña, en ciertos impactos no producía la muerte instantánea, sino heridas que complicaban la logística del adversario con mutilaciones, evacuaciones, hospitales llenos y cosas así. En lo de matar del todo, tampoco se quedaba corta: otra ventaja -como ven, era una bala muy ventajosa, según para quién- consistía en que, al viajar en el límite de su equilibrio, cuando entraba en un cuerpo supuestamente enemigo seguía una trayectoria irregular, provocaba el estallido de vísceras y dejaba al receptor hecho un Ecce Homo.
La primera parte es cierta. Una de las justificaciones para la elección de un calibre pequeño era que a menor peso del cartucho, podían transportarse más. Esta misma característica fue repetida en España y otros países cuando como consecuencia de la entrada en la OTAN se decidió normalizar el 5.56mm aquí, en sustitución del fantástico 7.62*51 de nuestros viejos CETMES. Pero fue una decisión política más que técnica. La cuestión de fondo real era que en caso de conflicto con el Pacto Varsovia, todos los ejércitos de la OTAN debían poder compartir logística e intendencia, y ésto era imposible en el caso de que cada uno utilizara un calibre diferente. Uniformando el calibre, las fábricas y cadenas lógísticas españolas, por ejemplo, podían suministrar a Alemania. Y desde luego, todos los ejércitos podrían recibir municiones de EEUU, que sería el principal suministrador si la URSS decidía arrasar media Europa. Esta homogeneización de calibres se trasladó también a la artillería, los morteros, radiocomunicaciones, etc. Y lógicamente, siendo EEUU la principal potencia, se impusieron sus criterios a los del resto. EEUU era la única oportunidad de supervivencia de Europa Occidental si el Pacto Varsovia atacaba en centroeuropa.
Ya se dijo entonces y no ha dejado de decirse que el calibre 5.56 tiene defectos importantes. Lo que pasa es que para explicarlos tendría que extenderme demasiado. Pero básicamente hay que comprender que un proyectil contiene una energía cinética en el momento del impacto, y que esa energía cinética depende proporcionalmente de la masa y proporcionalmente
del cuadrado de la velocidad. Es decir, la velocidad es la variable (con mucho) más determinante de la Ec. Por eso parece mejor un calibre pequeño pero de una elevada velocidad. Porque cada m/s que ganas, influye al cuadrado sobre la energía cinética final.
Lo anterior fue clave a la hora de elegir un calibre menor. Al igual que lo fueron varios estudios de la SGM y Corea donde quedó demostrado que con armas automáticas, el soldado corriente malgastaba munición a raudales. Ten en cuenta que tácticas corrientes como la supresión consumen mucha munición. La alternativa era dotar al soldado de armas semiautomáticas como el Garand o el M14 en vez de automáticas. Pero se optó por mantener la potencia de fuego y de supresión a costa de un menor calibre.
Conseguida una alta Ec en base a la velocidad (poyectil más pequeño) se garantiza unas aceptables prestaciones de penetración, alcance y letalidad. Para comprender mejor los efectos del impacto de un proyectil pequeño a 900m/s hay que remitirse a la física de fluídos. Ten presente que somos en un 75% agua. Quien conozca el double tap y lo haya ejercitado con sandías sabrá a lo que me refiero.
Pero el problema es que en el momento del impacto contra un ser vivo (no contra blindajes o láminas), la Ec no es lo único que cuenta. Hace falta además, poder de parada o stopping power, que básicamente es la capacidad de un cartucho de neutralizar al enemigo. Si disparamos contra alguien queremos que el 100% de la energía que lleva la bala actúe contra él. Que ese 100% de energía se "quede" en el sujeto y cause efectos neutralizantes graves.
¿Qué ocurre con el 5.56mm? Lleva mucha energía merced a su velocidad. El proyectil es muy aguzado, fino y completamente blindado. Pero al chocar contra un cuerpo es muy habitual que lo atraviese limpiamente merced a esa velocidad y escaso diámetro. Cada vez que una bala atraviesa al blanco y sigue un recorrido por el espacio es porque le resta mucha energía todavía. Y toda esa energía propulsora remanente que proviene de los gases no ha causado efectos en el individuo impactado. O sea, la Ec del 5.56 es muy elevada pero a diferencia de otros calibres y proyectiles, no podemos aplicarla sobre el blanco en su totalidad (en muchos casos). Es decir, tiene una baja Stp (Stopping power).
Reverte dice en su artículo que el 5.56 fue diseñado para que al impactar comenzara una trayectoria errática en el interior del organismo causando lesiones mayores. Esto es falso. Hay innumerables casos de heridas limpias de entrada y salida con este calibre debidas a la velocidad/diámetro del proyectil. Aparte de que al ser blindada, la ojiva no se deformará con facilidad al impactar incluso con huesos. Y por último, la forma ojival aguda tampoco ayudará a ese efecto.
Un proyectil que sí cuenta con elevado Stp es el 45ACP estadounidense (anterior a la SGM). Si lo analizas verás que es todo lo contrario al 5.56mm. Es un proyectil de 11.43mm, el doble. Pesa más del doble y viaja a menos de la tercera parte de velocidad. La ojiva no es aguzada sino roma, y en muchos casos de punta plana. La Ec que lleva en este caso es bastante dependiente de la masa y la baja velocidad aporta menos a la ecuación. ¿Qué ocurre al impactar? Que este proyectil tiende a no atravesar al rival debido a la baja velocidad, al peso y al diámetro de la bala. Y por tanto, el 100% de la Ec en el impacto actúa sobre el organismo con un letal poder de detención.
¿Qué ocurre cuándo un proyectil entra en el organismo? Esto es clave para entender el Stp. Lo habitual es que el proyectil arrastre los primeros tejidos que debido a la velocidad se le adherirán en su recorrido. Éste, junto a los restos adheridos sigue atravesando capas y añadiendo más restos en el viaje, formándose una especie de bola de nieve. Por este motivo los orificios de entrada y los de salida son completamente diferentes en el diámetro y en la rotura (los de salida son mucho mayores). Si el proyectil consigue atravesar el organismo lo habrá hecho con un volumen muy superior al de entrada merced a esos tejidos, astillas, etc. que arrastra.
Pero para ello, es preciso que el proyectil sea menos ojivado (cuanto menos ojival mayor arrastre se produce) y que a poder ser no sea blindado o lo sea parcialmente (semi) o con latón de bajo espesor. Una vez dentro del organismo interesa que el proyectil pierda su forma (se deforme) porque eso ralentizará su velocidad cediendo su energía al organismo (que la sufrirá) y porque arrastrará muchos más restos aumentando considerablemente los daños internos. El plomo es maleable y se deformará inmediatamente. Al perder su forma cónica verá mermada su velocidad, aumentado su diámetro y por tanto, su letalidad dentro del cuerpo.
Por ello el CNP utiliza protectiles semiblindados. Son más letales que los blindados que emplea el Ejército o la GC. Tienen la punta hueca (horadada) y sólo la parte inferior del proyectil está recubierto de blindaje, siendo la punta de plomo desnudo. Ese orificio se llena de tejido en el momento del impacto y la presión de esos restos al llevar tanta velocidad el proyectil, fuerza a la punta a abrirse deformándose los labios de la ojiva horadada hacia el exterior. Desde ese momento el proyectil puede hasta duplicar su diámetro, desprendiéndose el latón. Pierde velocidad en seco y aumenta a casi el doble su Stp. Las lesiones serán más importantes y mayor la neutralización del blanco. Aparte de que si el Policía falla el tiro, el proyectil semiblindado rebotará menos al deformarse inmediatamente al primer choque, perdiendo su velocidad y aguzada forma, lo que no pasaría con otro blindado. Eso minimiza los daños colaterales.
¿Inconvenientes? Muchos. Para empezar un proyectil militar precisa de alcance (uno policial no). Precisa de capacidad perforante (uno policial tampoco). Y además sirve a un arma automática (las policiales típicas son semiautomáticas). Y esto es importante porque las armas automáticas no pueden emplear balas semiblindadas porque pueden deformarse en las mecanizaciones como por ejemplo el acceso por la rampa a la recámara (el plomo es demasiado blando). Y por último, hay que recordar que la cadencia de fuego suele ser más elevada a menor calibre técnico, algo que también es necesario en armas de guerra.
Cuando EEUU y la OTAN adoptaron el 5.56
ya sabían todo lo anterior. Y no es cierto que se hayan dado cuenta a la luz de impactos sobre los esqueléticos talibanes de hoy. Fue una decisión geopolítica y económica (es más barato fabricar, almacenar y transportar muchos cartuchos de menor calibre técnico, que menos pero de otro mayor.
Reverte dice que la nueva munición será de acero en vez de plomo-latón para mejorar el poder antipersonal. A igualdad de calibre, el empleo de acero en la bala no mejora en nada el efecto antipersona. Al contrario: menor capacidad del proyectil para deformarse al chocar contra el organismo, de incrementar su diámetro y de crear una mayor "bola de nieve". De hecho garantizamos aún más su integridad, penetración y posibilidad de que atraviese al blanco limpiamente.
Ten por seguro que si hay cambios en la munición estándar (que lo dudo, dados los costes que conllevaría habiendo como hay millones de armas compatibles en muchísimas naciones asociadas a la OTAN y habiendo como hay stocks para aburrir) será por una decisión política y económica más que de balística de efectos.
Siento no poder profundizar más, pero es que esto da para un tratado y ya estoy cansado de escribir.
