
Un admirador de todo su trabajo del otro lado del Atlantico.
- Friant
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Re: Un admirador de todo su trabajo del otro lado del Atlantico.
Bienvenido a PdL 

Nunca discutas con un imbécil, te llevará a su terreno y te ganará por experiencia


Re: Un admirador de todo su trabajo del otro lado del Atlantico.
Has elegido la mejor opción. Sin duda. Saludos.
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Re: Un admirador de todo su trabajo del otro lado del Atlantico.
Pues nada bienvenido al foro, ya veras como aqui vas a descubrir muchas cosas interesantes lo unico que hecho en falta son algunas foreras 

"Non vi sed arte, No por la fuerza sino por la astucia", LRDG
"Lo mejor en la vida es estar borracho, y lo segundo mejor es estar salido" Tyrion Lannister, Poeta.
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- Adelscott
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Re: Un admirador de todo su trabajo del otro lado del Atlantico.
Bienvenido!!.
Por favor, danos el gustazo y la envidia de ver tu ejércitos pintados
...!!
Por favor, danos el gustazo y la envidia de ver tu ejércitos pintados


- TOTENKOPF1971
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Re: Un admirador de todo su trabajo del otro lado del Atlantico.
Como no amigo!!!!!!!!!!!Adelscott escribió:Bienvenido!!.
Por favor, danos el gustazo y la envidia de ver tu ejércitos pintados...!!
en cuanto pueda subo algunas fotos.
No podre subir de todos los ejercitos, ya que la Div. Panzer la he tenido que vender. (estuve sin trabajo y como la familia es lo primero debi hacer un pequeño sacrificio por ellos. Una pene, pero se que mis queridas miniaturas estan en manos de un coleccionista amigo que las va a saber cuidar como lo hacia yo).
Pero bueno, ahora en cuanto se pueda comprare unas miniaturas en 1:35 y montare un buen diorama para todos.
Saludos.
- Ostwind
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Re: Un admirador de todo su trabajo del otro lado del Atlantico.
Bienvenido.TOTENKOPF1971 escribió: Pero bueno, ahora en cuanto se pueda comprare unas miniaturas en 1:35 y montare un buen diorama para todos.
Saludos.
Yo eso también quiero verlo

http://hexagonchronicles.wordpress.com/...
- george patton
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Re: Un admirador de todo su trabajo del otro lado del Atlantico.
Muy bienvenido TOTENKOPF1971 junto a este peacho grupo de zumbaos 



- losepas
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Re: Un admirador de todo su trabajo del otro lado del Atlantico.
Somos una comunidad abierta, flexible y solidaria...hasta que nos aparece un regimiento panzer por el flanco y perdemos los nervios y el buen talante...Bienvenido
Y por si no le conoces, te dejo este relato:
ARTURO PÉREZ-REVERTE | El Semanal |-- de ------ de 1996
NAPOLEONES DE FIN DE SEMANA.
Hay un brillo inquietante en sus ojos cuando acuden cada sábado a la cita. Llegan uno tras otro, casi furtivamente, con sus cajas y reglamentos bajo el brazo, como los miembros de una cofradia clandestina, dispuestos a poner patas arriba la Historia. Algunos son tipos timidos, solitarios. En apariencia, incapaces de matar una mosca. Pero fiate y no corras. Bajo su aspecto gris ocultan un corazón de tigre, y cada fin de semana deciden sobre la vida y la muerte de miles de seres humanos. Saben de heroismo, y de coraje; y de encajar impávidos los azares del destino y de la guerra, tal vez más que muchos de esos militares de verdad que a veces se cruzan por la calle, con su uniforme y sus medallas que a ellos les hacen sonreir disimulada, esquinadamente, con mueca de viejos veteranos.
Los jugadores de los llamados wargames o juegos de guerra de salón nada tienen que ver con el militarismo, o las ideologías. Del mismo modo que unos juegan al tenis, otros al póker y otros a la herencia de Tia Ágata, los aficionados al asunto, que es una especie de ajedrez pero a lo bestia, reproducen sobre tableros, con las fichas apropiadas, situaciones estratégicas o tácticas de la Historia; y basándose en complicados reglamentos, intentan darle las suyas y las de un bombero a Rommel, por ejemplo, en El Alamein; o compartir gloria con Napoleón en Austerlitz; o dar la vuelta a la tortilla haciéndole la puñeta a Anibal en Tresino, Trebia, Trasimeno y Cannas. La forma usual es un terreno reproducido en detalle sobre grandes tableros, y allí, con piezas, soldaditos de plomo o fichas adecuadas, se desarrollan los acontecimientos históricos y sus variantes, en largas operaciones de un realismo asombroso que llegan a durar horas, e incluso días.
Como masones, los adictos al género intercanibian informaciones, reglamentos, experiencias. Hay especialidades, por supuesto: artistas del combate táctico a nivel de pelotón, capaces de batirse casa por casa durante días en los alrededores de la fábrica de tractores de Stalingrado, y genios de la logistica que llevan tercios a Flandes por el camino español de la Valtelina entre las diez de la mañana y las ocho de la tarde de un mismo día. A algunos les gusta reunirse en grupos, haciéndose cargo cada uno de un bando, o un cuerpo de ejército, o de una simple unidad de infantería; y otros prefieren habérselas de tú a tú con el tablero o con la pantalla del ordenador, que facilita el juego a solateras. En cuanto a sexo, predomina el masculino; aunque no faltan mujeres como la novia de mi amigo Miguel el hombre que más cargas de caballeria ha ordenado en la historia de la Humanidad , que es una moza dulce y apacible hasta que el fin de semana, ante el tablero, se transforma en una despiadada y lúcida táctica, capaz de cañonearse penol a penol con el Victory, o putear al general Dupont en Despeñaperros hasta que el maldito gabacho pide cuartel y misericordia.
Son la leche. Cuando los ves descargar adrenalina en sus excitantes aventuras finisemanales, compruebas asombrado cómo se transforman ante el tablero para compensar otra vida a menudo monótona, tal vez insustancial. De pronto, inclinados sobre los hexágonos del mapa, considerando los factores de movimiento entre, Washington y Gettysburg o la potencia de fuego de una división Panzer en los campos embarrados de Smolesk, aflora toda la seguridad, toda la pasión, todas las cualidades buenas o malas reprimidas en el día a día: abnegación, buen juicio, crueldad, rapidez, inteligencia, egoísmo, iniciativa, sacrificio. Y comprendes que resulta imposible saber lo que cada ser humano, incluso el de apariencia más torpe, bondadosa, malvada o gris, atesora en su corazón o en su cabeza.
Y además, comprendo el placer personal intenso, fascinante, de hacerle trampas a la Historia. De romperle los cuernos a Bismarck en Sedán, o destrozar por fin los cuadros escoceses en Waterloo. 0 volver a la oficina el lunes por la mañana y dirigirle al imbécil de tu jefe una sonrisa enigmática que él nunca entenderá, ignorante del momento de gloria infinita que viviste a las tres de la madrugada de ayer, cuando, tras doce horas de combate, encendiste con mano temblorosa un cigarrillo para contemplar desde el alcázar del Santísima Trinidad, entre los mástiles derribados y los pasamanos hechos astillas, cómo ardía la escuadra inglesa frente al cabo Trafalgar.
Edito: Se me olvidó el título...aimsorri.
Y por si no le conoces, te dejo este relato:
ARTURO PÉREZ-REVERTE | El Semanal |-- de ------ de 1996
NAPOLEONES DE FIN DE SEMANA.
Hay un brillo inquietante en sus ojos cuando acuden cada sábado a la cita. Llegan uno tras otro, casi furtivamente, con sus cajas y reglamentos bajo el brazo, como los miembros de una cofradia clandestina, dispuestos a poner patas arriba la Historia. Algunos son tipos timidos, solitarios. En apariencia, incapaces de matar una mosca. Pero fiate y no corras. Bajo su aspecto gris ocultan un corazón de tigre, y cada fin de semana deciden sobre la vida y la muerte de miles de seres humanos. Saben de heroismo, y de coraje; y de encajar impávidos los azares del destino y de la guerra, tal vez más que muchos de esos militares de verdad que a veces se cruzan por la calle, con su uniforme y sus medallas que a ellos les hacen sonreir disimulada, esquinadamente, con mueca de viejos veteranos.
Los jugadores de los llamados wargames o juegos de guerra de salón nada tienen que ver con el militarismo, o las ideologías. Del mismo modo que unos juegan al tenis, otros al póker y otros a la herencia de Tia Ágata, los aficionados al asunto, que es una especie de ajedrez pero a lo bestia, reproducen sobre tableros, con las fichas apropiadas, situaciones estratégicas o tácticas de la Historia; y basándose en complicados reglamentos, intentan darle las suyas y las de un bombero a Rommel, por ejemplo, en El Alamein; o compartir gloria con Napoleón en Austerlitz; o dar la vuelta a la tortilla haciéndole la puñeta a Anibal en Tresino, Trebia, Trasimeno y Cannas. La forma usual es un terreno reproducido en detalle sobre grandes tableros, y allí, con piezas, soldaditos de plomo o fichas adecuadas, se desarrollan los acontecimientos históricos y sus variantes, en largas operaciones de un realismo asombroso que llegan a durar horas, e incluso días.
Como masones, los adictos al género intercanibian informaciones, reglamentos, experiencias. Hay especialidades, por supuesto: artistas del combate táctico a nivel de pelotón, capaces de batirse casa por casa durante días en los alrededores de la fábrica de tractores de Stalingrado, y genios de la logistica que llevan tercios a Flandes por el camino español de la Valtelina entre las diez de la mañana y las ocho de la tarde de un mismo día. A algunos les gusta reunirse en grupos, haciéndose cargo cada uno de un bando, o un cuerpo de ejército, o de una simple unidad de infantería; y otros prefieren habérselas de tú a tú con el tablero o con la pantalla del ordenador, que facilita el juego a solateras. En cuanto a sexo, predomina el masculino; aunque no faltan mujeres como la novia de mi amigo Miguel el hombre que más cargas de caballeria ha ordenado en la historia de la Humanidad , que es una moza dulce y apacible hasta que el fin de semana, ante el tablero, se transforma en una despiadada y lúcida táctica, capaz de cañonearse penol a penol con el Victory, o putear al general Dupont en Despeñaperros hasta que el maldito gabacho pide cuartel y misericordia.
Son la leche. Cuando los ves descargar adrenalina en sus excitantes aventuras finisemanales, compruebas asombrado cómo se transforman ante el tablero para compensar otra vida a menudo monótona, tal vez insustancial. De pronto, inclinados sobre los hexágonos del mapa, considerando los factores de movimiento entre, Washington y Gettysburg o la potencia de fuego de una división Panzer en los campos embarrados de Smolesk, aflora toda la seguridad, toda la pasión, todas las cualidades buenas o malas reprimidas en el día a día: abnegación, buen juicio, crueldad, rapidez, inteligencia, egoísmo, iniciativa, sacrificio. Y comprendes que resulta imposible saber lo que cada ser humano, incluso el de apariencia más torpe, bondadosa, malvada o gris, atesora en su corazón o en su cabeza.
Y además, comprendo el placer personal intenso, fascinante, de hacerle trampas a la Historia. De romperle los cuernos a Bismarck en Sedán, o destrozar por fin los cuadros escoceses en Waterloo. 0 volver a la oficina el lunes por la mañana y dirigirle al imbécil de tu jefe una sonrisa enigmática que él nunca entenderá, ignorante del momento de gloria infinita que viviste a las tres de la madrugada de ayer, cuando, tras doce horas de combate, encendiste con mano temblorosa un cigarrillo para contemplar desde el alcázar del Santísima Trinidad, entre los mástiles derribados y los pasamanos hechos astillas, cómo ardía la escuadra inglesa frente al cabo Trafalgar.
Edito: Se me olvidó el título...aimsorri.
Última edición por losepas el 03 Sep 2009, 18:02, editado 1 vez en total.
Se dice que el deber del soldado es morir por su patria.No es así. Su deber es procurar que el soldado enemigo muera por la suya.GOLDBERG, David
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Re: Un admirador de todo su trabajo del otro lado del Atlantico.
Joooderrr!!! No conocía este artículo de Reverte, y eso que en esas fechas solía leerlo cada semana. Excelente! Gracias por ponerlo losepas.
Por cierto doy la bienbenida a nuestro amigo del otro lado del Atlántico que es de lo que iba esto!
Un saludo.
Por cierto doy la bienbenida a nuestro amigo del otro lado del Atlántico que es de lo que iba esto!
Un saludo.
"Como ignoraban que era imposible, lo hicieron"






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Re: Un admirador de todo su trabajo del otro lado del Atlantico.
100% verdad. Me recuerda a los dias que nos juntabamos todos los amigos a jugar una buena partida, asado y mate de por medio.losepas escribió:Somos una comunidad abierta, flexible y solidaria...hasta que nos aparece un regimiento panzer por el flanco y perdemos los nervios y el buen talante...Bienvenido
Y por si no le conoces, te dejo este relato:
ARTURO PÉREZ-REVERTE | El Semanal |-- de ------ de 1996
Hay un brillo inquietante en sus ojos cuando acuden cada sábado a la cita. Llegan uno tras otro, casi furtivamente, con sus cajas y reglamentos bajo el brazo, como los miembros de una cofradia clandestina, dispuestos a poner patas arriba la Historia. Algunos son tipos timidos, solitarios. En apariencia, incapaces de matar una mosca. Pero fiate y no corras. Bajo su aspecto gris ocultan un corazón de tigre, y cada fin de semana deciden sobre la vida y la muerte de miles de seres humanos. Saben de heroismo, y de coraje; y de encajar impávidos los azares del destino y de la guerra, tal vez más que muchos de esos militares de verdad que a veces se cruzan por la calle, con su uniforme y sus medallas que a ellos les hacen sonreir disimulada, esquinadamente, con mueca de viejos veteranos.
Los jugadores de los llamados wargames o juegos de guerra de salón nada tienen que ver con el militarismo, o las ideologías. Del mismo modo que unos juegan al tenis, otros al póker y otros a la herencia de Tia Ágata, los aficionados al asunto, que es una especie de ajedrez pero a lo bestia, reproducen sobre tableros, con las fichas apropiadas, situaciones estratégicas o tácticas de la Historia; y basándose en complicados reglamentos, intentan darle las suyas y las de un bombero a Rommel, por ejemplo, en El Alamein; o compartir gloria con Napoleón en Austerlitz; o dar la vuelta a la tortilla haciéndole la puñeta a Anibal en Tresino, Trebia, Trasimeno y Cannas. La forma usual es un terreno reproducido en detalle sobre grandes tableros, y allí, con piezas, soldaditos de plomo o fichas adecuadas, se desarrollan los acontecimientos históricos y sus variantes, en largas operaciones de un realismo asombroso que llegan a durar horas, e incluso días.
Como masones, los adictos al género intercanibian informaciones, reglamentos, experiencias. Hay especialidades, por supuesto: artistas del combate táctico a nivel de pelotón, capaces de batirse casa por casa durante días en los alrededores de la fábrica de tractores de Stalingrado, y genios de la logistica que llevan tercios a Flandes por el camino español de la Valtelina entre las diez de la mañana y las ocho de la tarde de un mismo día. A algunos les gusta reunirse en grupos, haciéndose cargo cada uno de un bando, o un cuerpo de ejército, o de una simple unidad de infantería; y otros prefieren habérselas de tú a tú con el tablero o con la pantalla del ordenador, que facilita el juego a solateras. En cuanto a sexo, predomina el masculino; aunque no faltan mujeres como la novia de mi amigo Miguel el hombre que más cargas de caballeria ha ordenado en la historia de la Humanidad , que es una moza dulce y apacible hasta que el fin de semana, ante el tablero, se transforma en una despiadada y lúcida táctica, capaz de cañonearse penol a penol con el Victory, o putear al general Dupont en Despeñaperros hasta que el maldito gabacho pide cuartel y misericordia.
Son la leche. Cuando los ves descargar adrenalina en sus excitantes aventuras finisemanales, compruebas asombrado cómo se transforman ante el tablero para compensar otra vida a menudo monótona, tal vez insustancial. De pronto, inclinados sobre los hexágonos del mapa, considerando los factores de movimiento entre, Washington y Gettysburg o la potencia de fuego de una división Panzer en los campos embarrados de Smolesk, aflora toda la seguridad, toda la pasión, todas las cualidades buenas o malas reprimidas en el día a día: abnegación, buen juicio, crueldad, rapidez, inteligencia, egoísmo, iniciativa, sacrificio. Y comprendes que resulta imposible saber lo que cada ser humano, incluso el de apariencia más torpe, bondadosa, malvada o gris, atesora en su corazón o en su cabeza.
Y además, comprendo el placer personal intenso, fascinante, de hacerle trampas a la Historia. De romperle los cuernos a Bismarck en Sedán, o destrozar por fin los cuadros escoceses en Waterloo. 0 volver a la oficina el lunes por la mañana y dirigirle al imbécil de tu jefe una sonrisa enigmática que él nunca entenderá, ignorante del momento de gloria infinita que viviste a las tres de la madrugada de ayer, cuando, tras doce horas de combate, encendiste con mano temblorosa un cigarrillo para contemplar desde el alcázar del Santísima Trinidad, entre los mástiles derribados y los pasamanos hechos astillas, cómo ardía la escuadra inglesa frente al cabo Trafalgar.
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Re: Un admirador de todo su trabajo del otro lado del Atlantico.
Pues si, bienvenido.... me pregunto si habra algun juego de simulacion de las campañas de independencia... San Martin, Bolivar etc.
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Re: Un admirador de todo su trabajo del otro lado del Atlantico.
Buenas.
Con los napoleónicos de TalonSoft alguien preparó batallas de Bolivar (creo). No te puedo dar muchos más datos.
Saludos
Con los napoleónicos de TalonSoft alguien preparó batallas de Bolivar (creo). No te puedo dar muchos más datos.
Saludos