
Hola. Esta semana ha salido la demo del Tropico 3, que da continuación a una saga que ha ido ganando fama con el tiempo y que para muchos es uno de los mejores juegos de gestión que han salido en el mercado para pc.
Aquí tenéis un enlace a la demo (1,10 GB):
http://www.4players.de/4players.php/dow ... /Demo.html
Y aquí un enlace para los que quieran echarle un vistazo al Tropico 1, su expansión y al Tropico 2 (compra por descarga digital si os apetece).
http://tropicoreloaded.gamesplanet.com/ ... media.html
El Tropico 1 y el 2 todavía se juegan mucho y precisamente se han publicado recientemente unos cuantos AARs muy divertidos en The Wargamer, y eso que hablamos de un juego que tiene ya bastantes años. El Tropico 1 nos proponía representar a un líder corrupto de un país bananero, algo al estilo cubano (espero nadie se me ofenda). Nuestro objetivo era mantenernos en el poder, ya fuera a la fuerza o bien gestionando correctamente la economía de nuestro país. Para ello debíamos mantener feliz a la gente, ofreciendo sueldos aceptables, ocio, vivienda, religión, trabajo remunerado, seguridad social, etc. El juego era tremendamente adictivo porque para conseguir todo eso debíamos explotar nuestro país usando las materias primas y exportándolas y/o conjugarlo con una industria turística. Todo eso mientras intentábamos mantener buenas relaciones con los países grandes (URSS y Estados Unidos) y estableciendo un equilibrio entre las facciones locales internas (ecologistas, nacionalistas, militaristas, demócratas, intelectuales, religiosos, etc) ya que muchas tienen objetivos muy diferentes y cuesta buscar un punto de acercamiento para todas las partes implicadas.
El Tropico 2 daba el salto a una isla de piratas, donde debíamos esclavizar a la población y crear una industria pirata donde el objetivo era asaltar barcos y capturar todo el oro y mercancías posibles mientras manteníamos contentos a los piratas de nuestra isla. Era un cambio radical, fresco y divertido pero alejado del primer Trópico.
Tropico 3 está a punto de salir y la saga recupera el espíritu del primer Trópico, trasladándonos a una isla paradisíaca bananera para ponernos de nuevo en la piel de un dictador local revolucionario que pretende hacerse rico a costa de sus conciudadanos mientras conserva el poder y cumple sus objetivos.

Las novedades respecto al Tropico 1 radican en un lavado de imagen profundo y en una mejora de todo aquello que se dejaron en el tintero y que con el paso de los años los jugadores más fanáticos han ido reclamando. Ahora por ejemplo, las carreteras son más importantes y funcionan tal como tendrían que hacerlo. Pero sin duda el salto gráfico es su punto fuerte ya que la jugabilidad estaba garantizada una vez se sabía que respetaban el espíritu del primer Trópico, que ya era un juegazo por sí solo.
Representamos al líder local, al que podemos configurar a nuestro gusto ajustando diversos parámetros que pueden influir en la gestión de la economía, de las relaciones internacionales y locales con los diferentes sectores. Podemos configurar su vestimenta, desde el traje militar que por ejemplo lleva Fidel Castro hasta un traje de almirante, traje y corbata, bombín, gafas de sol, etc. Hay muchas opciones y aunque es algo estético los parámetros que escojamos para nuestro líder no lo son en absoluto y tienen una importancia capital para el desarrollo de la partida. Un líder con buenas relaciones internacionales puede conseguir que la ayuda externa sea mayor, por ejemplo, o bien que un líder con una buena capacidad de gestión consiga reducir los costes de construcción.

El juego es políticamente incorrecto, ya que debemos enriquecernos a costa de nuestro pueblo (una cuenta en Suiza) pero a la vez mantener contenta a la población y conseguir los objetivos que cada escenario de la Campaña propone (también habrá un "cajón de sastre" para jugar a nuestro antojo).
Normalmente empezaremos en una isla que cuenta con un surtido de materias primas. A veces el lugar será bueno para las explotaciones mineras (hay muchas, de todo tipo) y a veces será buena para la explotación de vacuno y/o granjas agrícolas (café, azúcar, papaya, plátano, maiz, etc.). También podemos explotar los recursos marítimos con la pesca o explotar la belleza del lugar levantando una industria turística. Las opciones son variadas y no hay una forma de ganar la partida particular.

La población es el recurso más importante ya que si no la tenemos contenta se marcharán de la isla o provocarán una revuelta y derrocarán al jugador. Hay que procurarles sueldos decentes, métodos de transporte, trabajos remunerados, viviendas, lugares de ocio, educación, lugares de culto, etc. Cada persona de la isla está representada por su nombre y sus gustos y preferencias, así que haciendo click en cada una de ellas podremos saber qué problemas tiene y qué es lo que desea. Ajustar los sueldos tiene efectos importantes ya que incrementa los costes, evidentemente, pero permite que esas personas pueden buscar un alquiler más elevado e irse a vivir a un edificio más grande. Sueldos más elevados también anima a que la gente trabaje mejor y que la demanda para ocupar ese puesto sea más alto e interesante.
Al principio la gente vivirá en barracones construidos por ellos mismos, hechos de material de desecho. Es labor nuestra crear edificios de vecinos, apartamentos algo más lujosos o casas de campo y establecer un precio de alquiler (nuestra isla funciona bajo el comunismo y el Estado debe hacer lo que no hace la industria privada).

Así, lo que al principio puede parecer una tarea sencilla se complica cuando vemos todos los aspectos que están involucrados en Trópico 3. Cualquier aumento de sueldo puede ser bueno para la felicidad pero con más dinero la gente exigirá edificios de ocio, mejor transporte o mejores condiciones de vivienda. Y si subimos los sueldos las exportaciones se resentirán porque habrá menos beneficios. Puede haber huelgas, que podemos tratar de solucionar diplomáticamente o bien llamando al ejército (puede haber muertos). Hay muchas soluciones para un mismo problema pero todo está muy interelacionado y es entonces cuando nos damos cuenta que el juego es extremadamente completo en opciones y propuestas.
Hay muchos detalles que podría referir. Por ejemplo, nuestro líder puede proclamar edictos que pueden ayudar a ciertos grupos de población pero perjudicar a otros. También puede promover edictos que ayuden a que la Comunidad internacional tome parte en los asuntos domésticos, como establecer un campo de refugiados (si nuestro país pasa hambre). Hay decenas de edictos posibles y cada uno tienen efectos muy diversos.

Nuestro líder por ejemplo, puede realizar discursos desde su palacio presidencial recalcando aspectos que ayudarán a mejorar la opinión de ciertos sectores de la población o de algún país internacional. Podemos escoger qué aspectos queremos que trate nuestro discurso, haciendo promesas electorales, alabando cierto sector de población, etc. Trópico 3 es así de completo.
Lo cierto es que Tropico 3 otorga al jugador un gran abanico de opciones y posibilidades que hace que sea un juego con una rejugabilidad y adicción importantes, todo ello aderezado con detalles gráficos muy simpáticos, como cuando la población se manifiesta democráticamente, con pancantas que pone "Abajo el pendejo" o graffitis y consignas políticas pintadas en algunos edificios, como "Vota al presidente" y cosas parecidas. También se aprecia la gran variedad de opciones cuando por ejemplo, al construir un restaurante, puedes escoger que el servicio sea de guante blanco o no (mucho más caro y por tanto, discrimina contra la gente menos adinerada). Hay muchos detalles que reflejan las amplias opciones que el juego trae consigo.

Hay un aspecto que hacía del Trópico 1 un juego muy especial: la fantástica banda sonora y las voces de la gente. En Trópico 3 no se han quedado cortos pero el resultado está algo lejos de los anteriores en este aspecto. La música está ambientada en la música cubana y caribeña (aunque no está a la altura de la música del primero, que era realmente divertida por la letra de sus canciones) y las voces que cantan son de acento cubano, dándole mucha gracia al juego (traducidas las voces y la interface, el juego saldrá en castellano). Otro aspecto muy divertido es la presencia de una emisora local que va dando noticias y nos pone al día de la situación en la isla, resulta simpático y da una idea del gusto y el respecto que han mantenido por esta fantástica saga. La radio es un puntazo y supone valor añadido al juego.

La interface es muy amena y se pilla rápidamente. Se puede construir de todo y muchas veces de un mismo tipo de edificio se puede escoger de entre una gran variedad de variantes (granjas, minas, casas de viviendas, etc.). Hay un gran elenco de edificios gubernamentales y todos tienen un papel que va más allá de la pura estética. Un edificio de inmigración por ejemplo, puede prohibir a la gente que marche de la isla o reducir el número de inmigrantes para evitar el colapso en la sanidad (y eso son sólo dos opciones de un gran abanico que podemos escoger). Una casa de viviendas también tiene diversas opciones una vez construidas, como es reducir la calidad del edificio a costa de mejorar la seguridad (delincuencia, etc). Incluso los barcos pesqueros también tienen opciones, como que los restos del pescado capturado sean tratados para evitar la polución (a costa de mayores costes de mantenimiento) o bien no preocuparse por ello y explotar al máximo la industria pesquera (lo que nos pondrá algo en contra a los ecologistas).

TODO afecta en Trópico 3 y cada acción tiene una consecuencia que puede afectar al sector menos pintado. Aceptar un campo de refugiados o una legación internacional puede provocar que los nacionalistas se pongan en tu contra, por ejemplo. Y lo mejor de todo es ver cómo cualquier acción supone inmediatamente una reacción. Ver cómo se levanta el campo de refugiados, con sus tiendas de campaña, los bidones, las vallas para delimitar el campo, etc, es un gusto por el detalle al que no estoy habituado. O levantar una embajada para incrementar la ayuda gubernamental de ese país.
Por ejemplo, es muy divertido ver cómo los rebeldes (gente de la población que quiere derrocarte) realizan un ataque a tu capital. Entonces se produce un encuentro entre las tropas rebeldes y la milicia/ejército local, en la que se produce un intercambio de disparos. La efectividad de las armas, el número de tropas y la moral afectan al resultado. Por eso es importante construir armerías, cuarteles y una gran variedad de otros edificios que en la demo sólo te dejaban intuir pero no construir.

Gráficamente Trópico 3 usa y explota los recursos disponibles en los tiempos actuales, así que requiere un buen pc. El juego refleja el transcurso del tiempo, transiciones de día/noche, sombras, etc. Los gráficos son ajustables pero tenerlo todo al máximo supone un gran cambio porque convierte una isla caribeña en algo realmente digno de ver y de admirar. La interface permite realizar un zoom tan potente que puedes ponerte al lado de un peatón y seguirle en su quehacer diario. Podemos adentrarnos en cualquier rincón y apreciar los detalles más nimios. Observar el discurso de nuestro líder, ver las reacciones de la población, etc. Todo ello aderezado con un buen surtido de sonidos de ambiente de todo tipo (rumor de copas en un bar, una gallina cantando la salida del sol, el ronroneo de un coche antiguo recorriendo las calles, etc.).

El juego es tan "realista" que te sorprendes cuando ves que estás haciendo justamente lo que odias de cualquier dictador local de tres al cuarto. Es realmente divertido y por eso Trópico 3 es políticamente muy incorrecto. De hecho te anima a crear situaciones como un recinto turístico alejado de la población local, que vive en chabolas, ya que el turismo no gusta de ver las realidades del país donde va a pasar las vacaciones a tomar el sol.
Podría estar así horas, describiendo detalles, opciones y demás. Lo mejor es que probéis la demo, la cual es para mí todo lo que una demo tendría que ser porque te permite jugar mucho tiempo, hacerte una idea de lo que ofrece pero dejándote con ganas de mucho más (hay construcciones y edificaciones que están capadas). Trópico 3 realmente lo merece. Se trata pues de un juego de gestión que destila un gran gusto por el detalle, que respeta la serie original y que responde a las expectativas de los que éramos seguidores de la misma, por lo menos lo que la demo deja entrever. Han mejorado todo lo mejorable, han añadido cambios muy divertidos y que dan otro aire al juego. Tropico 3 ofrecerá horas y horas de diversión, sólo hay que probar la demo para atestiguarlo.

Sin duda uno de los mejores juegos del 2009 por lo visto hasta ahora y uno de los mejores juegos de simulación y gestión que hay en el mercado.
