Adelscott escribió:Aquí ya si que me tiro a la piscina, porque en diseño de tanques saqué la misma nota que en toreo al natural... pero me da que la necesidad de potencia venía mucho más condicionada por el aumento del peso del blindaje (más cuanto más potentes eran los cañones) y por las necesidades de acondicionar cañones cada vez mayores en un chasis que por lo que significase, en cuanto al diseño del carro, la tracción trasera o delantera.
Cañones mayores significaban estructuras, chasis, mayores, y blindar chasis mayores significaba uin montón de toneladas extra en blindaje. Si ya los carros alemanes iban justos de motor, supongo que el reto de hacerlos de tracción trasera terminaría de volver locos a los ingenieros alemanes...
Pero vamos, es todo un suponé...

No creo que esa sea la cuestión. De hecho, los primeros carros alemanes, todos ellos ligeros y de blindaje modesto, eran tracción delantera. Del mismo modo, los carros soviéticos más pesados y mejor blindados, eran tracción trasera.
Yo no creo que la disposición del eje de impulsión se deba a necesidades de arrastre de mayor o menor peso, sino a una tendencia marcada en el diseño. Los alemanes habían mostrado desde el principio, una clara tendencia a elegir este sistema (al igual que los norteamericanos). El caso ruso y británico es el contrario.
Las ventajas de una tracción delantera, vienen de la escasa distancia necesaria para los engranajes de la caja de cambios, dado que esta se encuentra ligada a la transmisión final. Los vehículos alemanes, llevaban la transmisión con su embrague y caja de cambios frente al conductor, con lo que la longitud de los mandos de la caja y cables de embrague era mínima, aumentando la suavidad de funcionamiento, la fiabilidad (en teoría) y facilitando el mantenimiento y las reparaciones de los mandos de dicha caja y embrague.
Además, existía la creencia (algo justificada) de que una transmisión delantera mejoraba la protección frente a impactos frontales (donde se recibirán con más probabilidad), al suponerse que si un proyectil perforante enemigo era capaz de perforar la coraza frontal, debería todavía atravesar la transmisión completa antes de alcanzar la cámara principal. (Siempre que el impacto no se reciba a una altura superior del glacis a la que se encuentre la caja, claro).
Había una ventaja añadida, bien elegida por los norteamericanos, que era que el giro de la torre, podía proveerse a través de un cardan al eje de transmisión del motor que recorría todo el casco (pasando por debajo de la torre) hasta la parte delantera. Era un mecanismo eficaz y sencillo que proveía un giro a la torre que aumentaba de velocidad con las revoluciones del eje (y por tanto, del motor, al estar el embrague al final de dicho eje, en la parte delantera con la caja). Los carros de transmisión trasera deben llevar esa potencia a la torre mediante diferentes métodos de transmisión o girarla por mecanismos eléctricos de motor independiente (o hidráulicos).
Las desventajas ya se han citado. El perfil del carro aumenta en altura, y extraer la caja-embrague era más complicado al encontrarse en la parte delantera bajo el blindaje más espeso y normalmente soldado/empernado a conciencia. (No confundir esta parte del mantenimiento, con la de los mandos del cambio y los cables de embrague).
Los carros rusos, en vez de acercar la caja y embrague al conductor y sus mandos, optaban por hacer lo contrario, con lo que las palancas de cambio debían transmitir sus movimientos por varillas y cables a la caja en la parte última del casco. El sistema suponía una mayor fragilidad de estos mandos, y sobre todo, una menor finura del cambio y embrague (algo reconocido por todos los expertos occidentales que probaron carros como el T-34).
En cambio, la extracción completa de la caja y el embrague era muy rápida a través de trampillas traseras menos pesadas y de acceso más directo (levantar y listo).
Después hay fuentes que indican que es más seguro ante daños por conducción campo a través o a través de muros, o ante daños por impactos, la tracción trasera, dado que es más complicado que en esa posición se pierdan dientes o se dañe la rueda tractora, aunque sí la tensora.
No se puede decir que los alemanes fueran tontos. Conocían desde mucho tiempo atrás la transmisión trasera y sus ventajas. Simplemente, sus ingenieros optaron por otro sistema.
Saludos