Siempre me han llamado la atención los zepelines. ¿Cómo es posible que realizaran viajes transoceánicos con un centenar de pasajeros y tripulantes, cabinas, comedores y prácticamente los mismos lujos que un barco? ¿Cómo era el interior? Debían de ser más cómodos que cualquier avión de la actualidad. Pues bien, he encontrado una excelente página (en inglés, eso sí) con fotografías de la época dorada de los zepelines y todos los detalles imaginables. Lo tenéis aquí: http://www.airships.net/. Se centra en el Graf Zeppelin y el Hindenburg, pero también hay información e imágenes de otros dirigibles, como los norteamericanos.

En el Graf Zeppelin, tanto los pasajeros como los tripulantes y la cabina de mando se encontraban en la góndola exterior. Medía 240 metros de longitud y 35 de altura (mayor que el buque Juan Carlos I). Sus características técnicas básicas eran:

* Diámetro: 30,5 metros
* Capacidad de gas: 1,13 millones de metros cúbicos (no se si he hecho bien la conversión de pies a metros; realmente son 3.707.550 pies cúbicos)
* Peso: 87 toneladas
* Velocidad: 128 km/h
* Propulsión: 5 motores Maybach VL-2 de 12 cilindros (550 CV en despegue, 450 CV en crucero).
* Tripulación: 36 oficiales y tripulantes
* Pasajeros: 20
* Primer vuelo: 18 de septiembre de 1928
* Último vuelo: 18 de junio de 1937
* Horas de vuelo: 17.177
* Viajes: 590
* Pasajeros transportados: 34.000





En el plano podéis ver la distribución de las cabinas, asesos, comedor, cocina... La capacidad del Graf Zeppelin era ciertamente escasa.



Sí, era pequeño, pero no por eso carecía de lujos. Fijaos en el interior.

La cocina:


El magnífico comedor:


Y las habitaciones:



Los alemanes utilizaban el hidrógeno como gas sustentador para conseguir un vehículo más ligero que el aire, a diferencia de los norteamericanos que podían utilizar helio. Por aquél entonces EEUU era el único productor de helio, un gas más estable que el hidrógeno pero que ofrece una menor capacidad de sustentación. Ello permitió que dirigibles alemanes posteriores, como el Hindenburg, ofrecieran una mayor capacidad de carga, como veremos. Por desgracia, el hidrógeno es un gas muy inflamable y se dice que fue el causante de la tragedia del Hindeburg en 1937, que a la postre supuso el certificado de defunción de todos los dirigibles. Sin embargo, hoy en día se considera que el hidrógeno no fue el culpable del incendio del Hindenburg, o al menos no el único.

En la actualidad, si estoy en lo correcto, los dirigibles utilizan el helio como gas sustentador, e incluso algunos aire caliente, lo que los convierte en globos aerostáticos con otra forma. Prácticamente sólo se usan para transportar cámaras de televisión o como reclamos turístico.

Pero volvamos al Hindenburg, que como veréis era muy diferente al Graf Zeppelin.



Aquí podéis apreciarlo junto con algunas de sus características técnicas. Incluso tiene los aros olímpicos, pues fue usado como reclamo para las Olimpiadas de Berlín en 1936. También se pueden ver las esvásticas nazis.

Cruzaba el Atlántico Norte en dos días y medio, todo un récord en una época en la que los barcos de línea más rápidos, como el Queen Mary, tardaban cinco días en hacer el mismo recorrido.

Lo que más llama la atención es que la góndola apenas se ve. ¿Dónde iban los pasajeros? Pues resulta que iban en el interior del casco:







Los dormitorios no tenían ventanas al interior, quizás la única desventaja respecto al Graf Zeppelin. Pero podía llevar hasta 50 pasajeros en 25 cabinas dobles con todas las comodidades. Bueno, todas no. Aunque había lavabos, sólo existía una ducha para todos los pasajeros; uno de ellos la definió como más parecida a un salero que a una ducha de verdad. Era lógico pues el agua que cargaban los zepelines era poca y se usaba para consumo humano, para cocinar y, en su mayor parte, para controlar la altitud del dirigible.

Veamos cómo era por dentro.

El comedor, decorado con paisajes de América del Sur. A la derecha pueden verse los grandes ventanales que servían como zona de paseo y mirador:



Aquí con comensales:



En la sala de estar no había tele, pero sí un piano de aluminio (de nuevo para ahorrar peso) que fue construido expresamente para el Hindeburg. Al parecer no hizo demasiados viajes:



Los dormitorios no parecen muy acogedores:



¡Pero si hasta se celebraban misas!:



Hasta aquí se muestra la cubierta superior. Pero había una inferior con los aseos, la ducha, los comedores de la tripulación y... por extraño que parezca en un vehículo cargado con toneladas de hidrógeno, ¡un salón de fumadores!





En aquella época se fumaba mucho, y no parecía deseable tener a la gente dos días y medio encerrados sin poder fumar. Este cuartito era el más concurrido del Hindenburg, donde estaba totalmente prohibido fumar fuera de esta zona. Las precauciones eran muchas: estaban prohibidos los encendedores de llama y el que había en el salón de fumadores era eléctrico; la sala de fumadores estaba a una presión diferente de la del gas de sustentación, para evitar filtraciones; y además contaba con una especie de doble cierre y un tripulante que se encargaba de vigilar que nadie saliera del salón de fumadores con un cigarro o una pipa en la mano.

Justo al lado del salón de fumadores estaba el bar (atención a los motivos decorativos):



Hasta aquí el breve resumen que he hecho sobre estos dos zepelines. Hay mucho para ver en el enlace que os he puesto más arriba. Terminaré con un vídeo, que seguramente ya habréis visto, sobre el incendio del Hindenburg, que se consumió por completo en apenas 40 segundos. Es impactante de verdad. No me explico cómo hubo gente que se salvó (al parecer, los supervivientes lo fueron gracias a que les reventaron encima los tanques de agua). Ocurrió en Lakehurst (Nueva Jersey, cerca de Nueva York), el 6 de mayo de 1937. Al dirigible lo esperaban decenas de periodistas, cámaras y fotógrafos, pues era el primer vuelo transoceánico de la temporada. Por ello existen cantidad de imágenes y filmaciones del desastre que podéis encontrar en Internet.

Uno de los periodistas que retransmitió la catástrofe, al presenciarla en directo, popularizó la frase "¡Oh, la humanidad!".





[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=sK1z6dgp ... r_embedded[/youtube]

Muy buenas Trismegisto.

Un excelente reportaje el que has hecho. Realmente tras ver las imágenes del desastre del Graf Zeppelin no es de extrañar que casi nadie quiera subirse a un ingenio de hidrógeno.

Aparte que para los parámetros actuales su velocidad es escasa, y ya sabemos que estamos en la época de las prisas. Además, si sólo podía llevar 20 pasajeros necesitando 36 tripulantes, pues el billete debía ser muy caro. Sin embargo eran unas espectaculares y bellas naves, con un majestuoso porte.

Un saludo.

Buen reportaje, gracias Trime, desde siempre me han fascinado los dirigibles, debia ser impactante par gentes de los años 20-30 ver esas magestuosas naves voladoras surcar los aires..

a mi me an gustado siempre los zepelines y de pequeño me llamaba la atención lo grandes que eran y ademas siempre me preguntaba como una cosa de tal tamaño podia volar, me fascinaba mucho

bonito hilo

Precioso hilo!! Muy instructivo!

¡Muy interesante! Contemplar esos bichos desde nuestra perspectiva actual es tan anacronístico que se queda uno perplejo. Supongo que fueron principalmente una herramienta de propaganda del poderío de algunas naciones, sin indicios de practicidad. Eso sí, majestuosidad un rato.

No eran sólo propaganda, que también. Ciertamente llegaron a ser una alternativa a los viajes transoceánicos en barco, cuando la aviación comercial aún era casi inexistente. Eran más rápidos y casi tan cómodos como un barco. Su coste de operación debía ser muy elevado, eso es verdad. El Hindenburg ampliado en 1937 podía transportar a 72 pasajeros, pero su tripulación era de más de 50 personas. Hay que tener en cuenta que a bordo se ofrecían servicios de todo tipo, como habéis podido ver en las fotografías. Debían de ser viajes de lujo en la época.

Pero no sólo se hacían viajes transoceánicos. Había líneas establecidas que comunicaban Berlín con el sur de Alemania, en las que operaban varios aparatos a la vez desde 1910. Eran más rápidos que cualquier tren y cubrían los mismos trayectos en aproximadamente un tercio del tiempo. Se realizaron, literalmente, miles de vuelos civiles desde 1910 hasta 1937.

No he encontrado el dato del consumo de combustible, pero parece ser que en la ratio pasajero/gasto de combustible eran más eficientes que los aviones modernos. Como curiosidad, los últimos zepelines alemanes empleaban como combustible gas Blau, mucho menos inflamable que la gasolina (aunque también llevaban sistemas auxiliares de gasolina). Su mayor ventaja, sin embargo, radica en que tiene una densidad similar al aire, de manera que cuando se quemaba se reemplazaba por aire y se mantenía así constante el peso del dirigible. Los aparatos más ligeros que el aire son muy sensibles a los cambios de peso y si se empleaba gasolina había que hacer constantes ajustes de altitud cuando se quemaba.


Las tarifas del 'Hindenburg' en 1936. Obsérvese el detalle del menú; comían bien los pasajeros.


Para poder comparar, estos son los precios de la mejor línea transoceánica de Alemania, la Hapag-Lloyd, en 1936: 262 dólares en primera clase, el mejor barco de la compañía y en temporada alta.

Lo que sí puedo aportar es el coste del billete. El vuelo simple entre Lakehurst y Frankfurt, en 1936, costaba 400 dólares por persona compartiendo habitación doble, y 680 en individual. El viaje de ida y vuelta costaba 720 y 1224 dólares, respectivamente. La velocidad y la comodidad tenían un precio también entonces. Las tasas de los dirigibles eran muy superiores a las que ofrecían sus competidores marítimos: se podía viajar entre Europa y EEUU en primera clase por tan sólo 157 dólares, y en tercera clase por 80, en las compañías más baratas. En los mejores armadores, como la Cunard (propietaria del Queen Mary), el coste del pasaje en primera clase estaba en torno a 250 dólares.

Vaya, que interesante. Es innegable que fuera más caro que viajar en barco, pues eso de volar es más complicado. Debía ser emocionantemente bello ver el amplio océano azul debajo de tí, ¿a 500 metros de altura? Supongo que no volarían mucho más alto.

Y desde luego, verlos desde tierra también es un espectáculo; y escribo en presente pues recuerdo que en el 92, durante las olimpiadas en Barcelona, tuvimos un dirigible "Good Year" sobrevolando la ciudad filmando con cámaras de televisión, ¿os acordáis de ello? Pues era algo muy curioso de ver desde el suelo, y eso que no era tan gigantesco como el Graf Zeppelin.

Saludos.

Muy chulo el hilo.

Trismegisto escribió: * Capacidad de gas: 1,13 millones de metros cúbicos (no se si he hecho bien la conversión de pies a metros; realmente son 3.707.550 pies cúbicos)

Como dices no has hecho bien la conversión. [Asumiendo que 1 pie = 1/3 metro] Tú únicamente has dividido por 3, de modo que solo has convertido una de las dimensiones, pero son pies cúbicos, así que hay que convertir todas las dimensiones... es decir dividir por 3 por triplicado.

1 pie cúbico = 1 pie * 1 pie * 1 pie = 1/3 metro * 1/3 metro * 1/3 metro

Como deberes te dejo que hagas tú el cálculo correcto

Saludos.

Silverman escribió:Vaya, que interesante. Es innegable que fuera más caro que viajar en barco, pues eso de volar es más complicado. Debía ser emocionantemente bello ver el amplio océano azul debajo de tí, ¿a 500 metros de altura? Supongo que no volarían mucho más alto.

No tanto. La altitud de crucero estaba en los 200 metros, por dos motivos básicos: en primer lugar, a mayor altura la presión podía representar un problema para el hidrógeno gaseso. Pero sobre todo, porque una de las normas básicas establecidas por la compañía que operaba los zepelines era volar siempre por debajo de las nubes. Se hacía así para poder observar qué tipo de nubes eran y si presentaban algún riesgo de tormenta eléctrica, el mayor enemigo de un vehículo cargado con toneladas de hidrógeno. Incluso era frecuente bajar la altitud de crucero hasta los 100 metros para mantenerse por debajo de las nubes. Un tercer factor, menos importante, es que altitudes tan bajas como los 100 metros ofrecían mejores panorámicas a los viajeros.

Sin embargo, podían ascender mucho más. En una ocasión el Graf Zeppelin subió hasta los 6.000 pies (unos 2.000 metros) para sobrepasar unas montañas en Rusia. Pero no era lo normal, y menos en los viajes de crucero transoceánicos en los que no había accidentes geográficos que sobrepasar.

Estupendo hilo. Sí señor.

Cuelgo algunas imágenes más que espero que os gusten. Éstas son, por decirlo de algún modo, más "cercanas":


El 'Graf Zeppelin' sobrevolando la Catedral de Sevilla hacia 1930. El dirigible visitó la ciudad en 15 ocasiones durante sus viajes transatlánticos.


Otra imagen del 'Graf Zeppelin' sobre Sevilla en 1930, con menos calidad pero más espectacular si cabe.


Aquí sobrevuela Barcelona, en fecha desconocida. Obsérvese la muchedumbre que se concentra para ver el dirigible.


Sobre Madrid, en la vertical de la Gran Vía.

Impresionante el hilo....

¡Caray! Si que volaban bajos.

La foto de Barcelona parece estar sobre la Plaza de Cataluña, ¡y qué bajo volaba! debía ser increible estar debajo de una mole semejante. Lo encuentro peligroso, sin embargo, no sucedió nada, lo que indica que la gente era más civilizada; no lo sé, pero en la actualidad a más de un gamberro se le ocurriría lanzarle un cohete pirotécnico, o algo peor, con las consabidas consecuencias...

Gracias por los datos y las fotos Trismegisto. Saludos.

Silverman escribió:La foto de Barcelona parece estar sobre la Plaza de Cataluña, ¡y qué bajo volaba!

Pues a mí me parece que la foto está trucada. Si os fijais en la gente que aparece en la plaza, o el Graf Zeppelin medía menos de 50 metros o los catalanes de los felices años 20 medían todos 5 metros de alto. ¡Si son del tamaño de las letras del casco!.

Por otra parte, tan bajo no podría volar. Casi tendría que estar esquivando los edificios y desde luego que iría más bajo que las torres de la Sagrada Familia. Y no creo que fuera a tomar tierra en la misma Plaza de Cataluña.

Además, los ángulos son un poco raros. Me chirría bastante la perspectiva.

Y por último, fijaos en la avenida que aparece al fondo. Está petada de gente. Y sin embargo la plaza está mucho más vacía. Para mí que es la cabecera de una manifestación o similar que está por llegar a la plaza.

Mi conclusión: en el diario en cuestión no tenían una foto de la llegada del Graf a Barcelona, así que cogieron una foto de una manifa del 1º de mayo o similar, otra del Graf de vete tú a saber que vuelo y en el laboratorio fotográfico alguien hizo magia.

Que antes del photoshop ya se hacían unos retoques cojonudos. Y si no, que se lo pregunten a Stalin.