Ya está el manual enviado. A todos nos pasó lo mismo en su momento.
Seguimos con un poco de rollo pero necesario para conocer un poco más las razones de la guerra.
El camino a la guerra de los 7 años.
Las causas de la guerra de los 7 años tienen sus raíces en la guerra de sucesión austríaca (1740-1748), en la que Prusia, ya liderada por Federico II, se había apoderado de la rica región de Silesia (al oeste de la actual Polonia). El tratado de paz de Aix-la-Chapelle no había devuelto esta región a la ultrajada Austria, ni había podido contener las ambiciones coloniales de Francia y Gran Bretaña.
Así pues, la guerra de los 7 años fue una continuación de la guerra de sucesión austríaca, pero con algunas diferencias:
-Se trató de una
guerra total en la que los reinos involucrados tuvieron que poner todos los recursos disponibles para poder seguir luchando. En especial Prusia, que luchaba por su misma supervivencia.
-Se produjo un
terremoto diplomático que supuso un cambio de alianzas tradicionales que habían mantenido los países en la primera mitad del siglo XVIII. Austria y Gran Bretaña rompieron su alianza, pasando Austria a aliarse con su enemigo tradicional, Francia, en el tratado de Versalles. Por tanto Prusia rompió sus lazos con Francia y se alió con Gran Bretaña en la convención de Westminster. Rusia entraría más tarde en este conflicto uniéndose a Francia y Austria.
Los 5 líderes de las principales potencias involucradas en el conflicto. María Teresa I de Austria, Isabel I de Rusia, Luís XV de Francia, Jorge II de Inglaterra y Federico II de Prusia.
Los objetivos de cada país tras la guerra de sucesión austríaca eran:
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Austria buscaba recuperar Silesia y reducir a Prusia a un estado menor.
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Gran Bretaña quería luchar una guerra colonial contra Francia por los territorios de Norteamérica y la India, pero su talón de Aquiles era el electorado de Hannover (del que el Rey de Gran Bretaña, Jorge II, era también Rey), que Gran Bretaña quería salvaguardar de las ambiciones francesas y prusianas. Los ingleses eran conscientes de que si Hannover, era capturado, cualquier tratado de paz futuro resultaría en un intercambio de territorios conquistados a los franceses en ultramar a cambio de la devolución de este pequeño país.
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Prusia quería mantener sus logros de la guerra de sucesión austríaca y tomar Sajonia si era posible.
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Rusia quería cortar el poder de Prusia y ganar territorios en Prusia oriental y Polonia.
Los espías y diplomáticos jugaron un papel fundamental en este auténtico “juego de tronos”. En la película “Barry Lyndon”, este jugador de cartas profesional era en realidad un espía inglés en Prúsia (¡aliada de inglaterra!).
Como hemos visto, Gran Bretaña, todavía aliado de Austria, quería evitar a toda costa una guerra europea para proteger Hannover y centrarse en la guerra colonial con Francia, y vió en Rusia un potencial aliado para mantener el statu quo en Europa, así que en 1755 negociaron un tratado de alianza.
Sin embargo Federico II fue informado de estos planes y les hizo saber a los ingleses que no tenía ninguna pertensión sobre Hannover para evitar una terrible alianza anglo-ruso-austríaca, que sería fatal para sus planes. Así empezaron las negociaciones para un tratado defensivo entre Prusia y Gran Bretaña, que se firmo en la convención de Westminster en enero de 1756 (el mismo año que empezó la guerra). El tratado acordaba apoyo mutuo para mantener a las tropas extranjeras fuera de los estados germanos, aunque Prusia también esperaba que los ingleses presionaran a los rusos para que no se movilizaran en su contra.
Pero Austria no tenía ningún interés en mantener el statu quo, sino recuperar Silesia por la fuerza y humillar a Prusia. Austria tuvo la impresión de que los ingleses habían traicionado su larga alianza al unirse a Prusia, y al observar que este tratado dejaba a Francia aislada, los austríacos abrieron negociaciones con los franceses. Los ingleses aseguraron a Austria que esta alianza era de naturaleza defensiva, pero la emperatriz María Teresa, cual novia despechada, les ignoró y siguió negociando con los franceses.
Mientras tanto los rusos no estaban ociosos y tenían una larga lista de objetivos, que en abril de 1756 eran: acercar posiciones con Austria para empezar a recortar los poderes del rey de Prusia, apaciguar a Francia para que cejara en su constante empeño de marchar hacia Viena, alcanzar un pacto con Polonia para que las tropas rusas pudieran cruzar su territorio sin impedimentos, y mantener tranquilos a suecos y turcos.
En mayo de 1756 se firmó el primer tratado de Versalles entre Francia y Austria, que establecía que Austria se mantendría neutral en caso de guerra entre Francia y Gran Bretaña y que Francia no atacaría territorio austríaco. El tratado estaba hecho a medida de los austríacos: Francia atacaría Hannover para que Prusia atacara a Francia, permitiendo a Austria moverse hacia Silesia.
Por tanto, a pesar de que los tratados de Westminster y Versalles eran aparentemente defensivos, ambos tenían un claro componente ofensivo. Rusia no firmó el pacto debido a los temores franceses de que se expandiera hacia Polonia (Francia mantenía buenas relaciones con Augusto III, elector de Sajonia y también Rey de Polonia). Sin embargo, a finales de año la diplomacia dió sus frutos y Rusia prometió a los franceses cruzar Polonia sin hacer mucho ruido.
A pesar de su pacto con Gran Bretaña, la situación para Federico II no era nada prometedora. Este pacto situaba a Prúsia en medio de un ataque por tres lados: Francia por el oeste, Austria por el sur y Rusia por el este… a lo que posteriormente se añadiría Suecia desde el Norte. Era cuestión de tiempo que se declarara la guerra.
En este mapa se puede apreciar el alcance global de la guerra de los 7 años, una guerra que, sin embargo, no nos es demasiado conocida.