Coincido con los comentarios, el escenario permite muchas combinaciones y asi lo testimonia el mapa táctico con la partida de Diciembre que ha enlazado Tadzio y que también reseña brevemente Biondo. Mis felicitaciones al diseñador, que, creo, fue General Sandman.
Despliegue inicial de mi división. Al fondo, tiradores en un claro y otros emboscados. En primer plano, húsares que dependían de Asalex y que tendrían un papel decisivo para amortiguar y frenar la estampida francesa cuando mi división se descomponía. *Mapa
Me correspondió tomar el mando de la División de Von Gaertringen con las tropas silesianas. Ocupaba el flanco
izquierdo del despliegue prusiano. Este se extendía a lo largo del curso de un río cuyos pasos debíamos defender. Mas atrás se encontraban unos depósitos que también debíamos de guardar pero a todo trance. Si no entendí mal, pesaba más para la victoria final la conservación de los depósitos que la de los puntos de paso en el río. Esto habrá de ser decisivio para explicar mi actitud rácana y la poca acometividad de mis hombres, salvando un honroso episodio que creo es el que puede referir Biondo.
Orden de batalla de la división de von Gaertringen. A efectos del juego fungía como división, sin embargo se rotulaba como brigada y sus dos unidades dependientes coincidían con dos regimientos, el 15º de Infantería y el 2º Regimiento de Infantería Silesiana, además de las unidades de caballería y artillería que ahí se señalan.
Ciertamente era inabarcable guardar el río. A mi me correspondían el vado quinto y sexto, contando sentido Oeste – Este, y el sexto era imposible de tenerlo al alcance del catalejo sin descuidar el quinto. Por alguna razón sospechábamos que se forzaría el paso por el sexto vado con la intención de envolvernos (la razón, como se ha visto en otros mensajes, es que así se ejecutó la maniobra en la partida de Diciembre).
No obstante mi división "nacía" ya instalada frente al quinto vado por lo que dediqué una atención de mera policía al paso sexto. Llegué a sugerir abandonar los pasos, acortar los espacios entre las divisiones y soldar las líneas en una posición propicia que tendríamos tiempo de encontrar. Creo que lo que dije exactamente en el coloquio previo fue "retroceder hasta encontrarnos espalda con espalda" y ahí repeler los golpes y salvar los depósitos. Ello nos curaba del miedo del envolvimiento con las fuerzas extendidas y dispersas.
Al final se convino guardar los pasos y retirarse lentamente, pero sin las pautas ni una comunicación lo suficientemente fluida como para conseguir una sincronización absoluta que sin duda nos hubiera favorecido. Ni yo ni nadie anduvo especialmente locuaz con los despachos, cosa que, aunque sobrevenga el frenesí de la acción, es imprescindible. Notar aquí mi impotencia para comunicar directamente con Sandman por el idioma pese a su papel descisivo de reserva. Esto llegaría a tener un papel capital ya bien entrada la partida.
En tarea de reconocimiento con el escuadrón de caballería que me escoltaba, se detectan elementos franceses con la intención de forzar el paso mas oriental.
Inspeccionando el paso sexto, detecté una unidad francesa que hizo el amago de forzarlo – de hecho lo rebasó – pero luego se detuvo o reculó. Andaba yo escoltado por un escuadrón de jinetes silesianos que pudo frenarlos, pensé. Con el abono de las sospechas previas y esa imagen, me quedé instalado en la idea de que una unidad se filtraba o se filtraría tarde o temprano por allí. Esa fue mi impresión cuando en ese instante tuve que volver al quinto vado, donde estaba asentada mi división y escuadrones del 8º Regimiento de Húsares, bajo mando de Asalex, por oir allí disparos y entrever enseñas francesas. Decir que por entonces los artilleros de Asalex llevaban ya un buen rato vomitando balas de cañón en el centro y mi zona parecía ciertamente dormida.
Previamente había destacado tiradores en el bosque ribereño y en una dureza del terreno. Lo que no pude sospechar es la avalancha que sobrevino
*Mapa, especialmente eficaz con su caballería. Aquello reculó con suma facilidad y mi primera línea, la que debía de respaldar a los tiradores apenas estaba constituida por fatal descuido mío, avivado por no tener intención de guardar la posición mas que con una maniobra dilatoria y estar con la atención dividida entre el quinto y sexto vado. A mis espaldas había una posición formidable, pero no estaba, realmente, a mano. De hecho de las tres posiciones que ocupé durante la partida, sería la última.
Aquí -video- se aprecia la violencia de la embestida francesa, a la bayoneta y simultaneada con la carga de su caballería. También el colapso de mi cordón de seguridad y la falta de preparación a mis espaldas, con las tropas más dispuestas para una parada militar que para un combate.
Anotar aquí que sentí que mi división se me deshacía en mis manos: la configuración del terreno hacía que, aunque el relieve era muy sutil y la zona del despliegue relativamente estrecha en su frente, me encontrase como en un tejado a dos aguas, de modo que caído a un costado nada sabía del opuesto y las unidades que quedaban en el eran ingobernables. Reculé mas apresuradamente de lo previsto y me ví cayendo en una posición muy mala, la vertiente meridional de un pequeño valle que caía a un riachuelo.
Segunda posición, a la que me vi abocado por el ímpetu de los hombres de Biondo. El relieve no se aprecia con justeza pero si se puede intuir esa configuración a dos aguas, casi coincidiendo con el camino. Apréciese la altura que ocupaban los franceses y que se aprestaron a artillar con celeridad. La artillería propia, invisible por lo retrasada que se hallaba. El trauma de haberla perdido en mi última partida se dejaba sentir en forma de una prudencia excesiva con mis baterías.
Asi pues la siguiente a la primera posición vecina al vado sería una de circunstancias forzada por el excelente ataque de Biondo y donde, curiosamente, lograría por un momento invertir las tornas y pasar a contraatacar justo cuando aquél ocupaba una erupción casi puntiaguda del terreno que parecía inexpugnable y que sin duda le daba unas vistas extraordinarias. Lo hice espoleado porque pareció detenerse allí para recobrar el aliento, e, insisto, por unas vistas excepcionales que le permitían alcanzar con el catalejo y en toda su profundidad el frente prusiano y, deduzco, ver y comunicar con sus generales. (Comprobando el video, veo que Biondo no se llegó a instalar allí. Supongo que el video estará bugeado, porque del minuto dos hasta el final, no se mueve, manteniéndose clavado justo en vado quinto).
La única acción ofensiva de la brigada. Ante la pausa dada por el francés y el artillado creciente de la posición, se resolvió cargar con infantes y jinetes, logrando dispersar unidades y -creo- capturar alguna pieza. *Mapa
P.S: Mañana relato lo que queda. Ayer, que es el día, no pude ponerme a las teclas.