Tiopepe, Von Patoso y Patxi en Mortain

[Patxi]

La mano, el puño más bien, eran los blindados que Tiopepe guardaba en retaguardia. La niña bonita era el Panther de Willberg que tan bien conocen.
La tripulación se dio cuenta que apenas le quedaban munición de alto explosivo en la santabárbara.
El sargento Willberg se enteró de que la linea de abastecimientos de la punta de lanza sobre Mortain estaba pasando algunos apuros para reamunicionar a las unidades de vanguardia y así se lo dijo a sus camaradas.
-Sí, dígalo como quiera, mi sargento, pero estamos secos de proyectiles HE.
Willberg se giró hacia Andreas:
-Si alguien no habría estado malgastando munición contra el antitanque aquel, ahora no estaríamos con estas estrecheces.
Se sacó un trozo de pan y dividiéndolo en dos, se lo entregó a Bodo. El artillero se defendió:
-A ver si ahora vamos a andar racaneando la munición, mi sargento. Joder, ¡que estamos en plena ofensiva!
-Por lo menos, el rancho ha llegado -dijo Bodo mientras rebañaba el aceite de una conserva abierta con el pan que le habia dado Patzi.
-Ese rancho lo ha traído el sargento, espabilado ¿Para qué crees que tenemos la malla de camuflaje aparte de para colgar hierbajos? -corrigió Lothar que se encontraba fuera del blindado, orinando desde lo alto.
-Así que no des las gracias a Speer por esto... -Kholer mordisqueó un trozo de salchicha que rápidamente volvió a meterse dentro del uniforme para momentos peores.
-Sea como sea -cortó Willberg-, si nos encontramos con algún objetivo blando, nos apartamos galantemente y se lo dejamos a los Panzer IV que nos siguen. Si mi intuición no me falla, esas explosiones que hemos oído antes, no las ha hecho ningún antitanque norteamericano.
-Blindados, quizás...
-Podría ser....
-Mejor así. Tenemos la santabárbara repleta de obuses perforantes -sonrió Andreas.
-Si tú lo dices... -y siguió mordisqueando el mendrugo de pan que tenía entre las manos.

[Patxi]

Pio pio piiiiio pio....

Una vez traducido los últimos silbos, Von Mansburg lee el informe:

-Bien Patxi, esos hombres ahí destacados nos son de gran ayuda. Que refuerce su posición con la infantería. Pronto enviaremos una HMG en su apoyo para batir desde las alturas.

Viendo la parálisis en la que se encuentran Von Von y sus hombres, decide mover a uno de los gatitos.

-Asignen el Pz V nº 2 a Von Patoso. El que unicamente tiene munición AP. Que hagan llegar a su tripulación por mensajero un croquis del movimiento que quiero para ese carro. Necesitaremos ese Panther apoyando a sus secciones de infantería. No creo que le tengan a tiro, pero de ser así, el Stuart no debería ser problema para su blindaje frontal.
Hace un garabato en un papel indicando el movimiento que debe de tomar el blindado.

Y apostilla el mensaje diciéndole al mensajero:
-Que vaya con cuidado, pero creo que ese camino que le marco debería ser seguro. Si sobre el terreno detecta otra ruta mas favorable, es todo suyo.
Una vez llegue a su destino, ese carro deberá dar apoyo anticarro a sus hombres.

Y se lamenta, hablando con sus oficiales de Estado Mayor de la desgracia que supone no tener por ahora apoyo artillero de ningún tipo:
-Si se prolonga demasiado esa situación, deberemos abrirnos hueco por nosotros mismos.

[Patxi]

Patzi estaba que se subia por los setos. Daba patadas al suelo, levantando terrones de tierra. Cara congestionada y enrojecida por la ira. Gritos y blasfemias, hablando solo.
-¿Cómo se atreve a quitarme el Panther a mí? Yo.... -se quitó la gorra negra de carrista de la Whermacht y la arrojó con violencia al suelo-, mil rayos lo partan....
Se quedó un rato mirando la gorra tirada entre los terrones de cesped que había levantando con la puntera de las botas. Suspiró hondamente. Se agachó a por la gorra, sacudiéndola para quitarle la suciedad y volvió aparentando tranquilidad hacia sus hombres:
-Esperemos que Von Patoso sepa guiar los blindados la mitad de bien que lo hace con la infantería.
Se colocó los prismáticos y vió como empezaba a moverse el Panther de WIllberg hacia el flanco derecho. Al verlo alejarse, sintió una pequeña punzada en el corazón y unos retortijones en el estómago. Habían pasado mucha guerra juntos. El uno bajo las órdenes del otro. Willberg y su tripulación eran lo más cercano a un hijo para Patzi. Sintió quebrarse el corazón. La poca sensibilidad de Tiopepe Von Mansburg le habia dejado muy afectado. Aquella era la primera vez que se separaban desde que se conocieron.
No volverían a juntarse jamás. El Panther se alejó hacia la muerte.

[Patxi]

Viéndolo desde la distancia, parece que el cambio de mando también ha debido de afectar a la tripulación del Panther. El inicio no podía ser más prometedor. Lothar (el mejor tripulante del blindado) acaba de empotrar la aleta derecha contra el Panther de Behn.
Schweinsteiger, el encargado del mantenimiento de todos los carros del Regimiento, va a estar contento cuando vea dos de sus blindados con semejantes rayotes. Veo a Willberg y compañia dando cera y puliendo cera hasta el final de la guerra....

[Patxi]

Mientras tanto, la tripulación del Puma reconvertida en exploradores a pie siguen contando con los dedos contactos que no cesan de aumentar:

-Esto está cuajadito de blindados enemigos. Si hubiese podido subir el Puma hasta aquí.... -suspiran los carristas pisahormigas-, lo bien que nos lo habríamos pasado.

Venga. Informen al Oberst.....

-Piririririiiipiii priiririrrririrri

El sargento Osterhaus oía claramente el sonido gorgojeante de la ocarina desde el cerro. Priii, priiir, pririiriririri.....
El mensaje estaba claro: "excelente posición"."Múltiples objetivos". "Necesitamos refuerzos". "Permiso para volver al Puma".
Se giró hacia Kleininig que portaba la radio en una pesada mochila a la espalda y cogiendo el auricular de baquelita, intentó establecer contacto con el oficial al mando de aquella operación:
-Aquí sargento Osterhaus, aquí sargento Osterhaus. Solicito MG prometida para situarla en la colina de la izquierda. Cambio....

El Oberst al escuchar esas preocupantes noticias, ladeó un poco la cabeza y sin quitarse los prismáticos de la cara y con mucho aplomo dijo:
-Bien , vamos a ver de que pasta estan hechos mis oficiales. Necesito un voluntario para una mision muy arriesgada. ¿Quién da un paso al frente?

Las órdenes recorrieron todo el escalafón. De arriba a abajo, como suele caer la mierda en tales circunstancias. Las radios estaban echando humo.
A bordo del Panther, Willberg escuchó el mensaje solicitando voluntarios del Oberst. Tenía una fe ciega en las habilidades de Von Mansburg pero el hecho de no saber lo que le pediría, le creaba cierta intranquilidad. Acrecentada por el hecho de oír aquello de "muy" arriesgada. Mover un Panther sin saber a dónde ni para qué no era tarea sencilla. Si daba un paso al frente, luego no podía echarse atrás. Aunque la misión fuese suicida. Estuvo meditando la respuesta un rato... El silencio en la radio era esclarecedor hasta que la voz indeterminada de alguien rompió aquel incómodo mutismo.
-Sargento Osterhaus solicitando ametralladora pesada en la colina. Joder, Kleininig..., ¿qué carajo le pasa al aparato? Aquí no contesta nadie... ¿Está transmitiendo? Esa MG tendría que haber llegado hace siglos... No sé qué osti...
-Señor, está transmitiendo..
-¿Seguro?
-Seguro. Mire la aguja oscilante en el dial....
-Mier..... pzzzzzzzz..... cambio.......
Bauer, comandante del Puma situado a la izquierda, sin solución de continuidad preguntó:
-Herr Oberst, ¿voluntarios blindados o infanteria?
Eso permitiría aclarar un poco más la misión "arriesgada" y obrar en consecuencia porque Willberg temía que fuese atraer el fuego enemigo usando el Panther como escudo mientras algún niño bonito se apuntaba el tanto dibujando una silueta en su torre. Lothar miraba ansioso esperando un nuevo chute de adrenalina. Maldito yonqui de la guerra. El resto, callaban, rumiando los peligros que aquella misión entrañaba.

[Patxi]

De vuelta en el vehículo de mando del kampfgruppe, Tiopepe tomó una decisión:

-.... ¡Muy bien!... ¡No esperaba menos de usted, herr Patxi!.
A Patxi se le abrieron los ojos como platos y no pudo articular palabra. El Oberst continuó hablando, sin dejar de mirar el frente, como solía:
-Me enorgullece tener oficiales dispuestos a todo. Sin duda lo tendré en cuenta en su hoja de servicios.
Unas sonrisas muy disimuladas recorrieron su pequeño estado mayor.
-Muy agudo, el herr.....
-Para que luego digan que no tiene sentido del humor....
-Como tire de Luger igual que tira de ironía, mejor no batirse en duelo con él....
Y ese tipo de comentarios, por lo bajini, claro. El único que no hablaba era Patxi que, obligado por las circunstancias, dió un paso al frente haciendo chocar sus talones y cuadrándose con poca convicción. El Oberst, al oír el taconazo, miró un rato hacia atrás y volviendo a su posición de vigía del frente, anunció:
-La misión para la que se ha presentado voluntario consiste en eliminar ese Stuart que esta molestando nuestro avance por su zona de actuación. Por ello le he elegido a usted. No quiero suspicacias entre mis oficiales al mando, así que le asigno para dicha tarea al otro Pz V disponible.
-Por fin, un blindado enterito para mí... -pensó Patxi relamiéndose de gusto. Tiopepe, ajeno a esos pensamientos, continuó detallando la estrategia:
-El hombre que porta el Panzerschreck tiene solo dos proyectiles y la distancia de disparo se me antoja muy lejana para asegurar blanco. Por ello me veo en la necesidad de emplear, en su buen hacer (ya me contaron del buen manejo de carros que tiene), la tarea encomendada. Vaya hasta la posición de los Pumas y enfilando la carretera verá antes de subir por el repecho una verja fácilmente accesible para sus orugas. Pero sea milimétrico y sobre todo que sus hombres no asomen demasiado "la cabeza". Hay un pequeño repecho que le servirá para ofrecer solo la torreta y dar caza al Stuart.

Tiopepe Von Mansburg se giró completamente y acercándose a la posición de Patxi le susurró:

-Es solo un carro ligero, así que sea felino sigiloso. Despeje el acceso para que la infantería pueda moverse cómodamente por la colina y podamos desplegar potencia de fuego desde arriba para dar cobertura al avance de Von Patoso por la ladera del pueblo. Contra ese Stuart la infantería no puede hacer nada con el equipamiento que cuentan sus hombres. Respecto a su solicitud, queda aprobada. Parte en camino esa HMG para dar cobertura a sus hombres.

Le puso una mano en el hombro y apostilló la conversación con un "¡Buena suerte!" que indicó el punto final de aquella conversación.

[Patxi]

Mientras tanto, la guerra no se detiene. Y el enemigo, menos aún. Hay mucho movimiento desde el pueblo. Blindados e infanteria tomando posiciones a las afueras del villorrio. Hauer sigue piando.

Un blindado hace el amago de dirigirse hacia la colina.
-Como el aliado suba por aquí, no vea las risas que vamos a echar a la hora de tomar las de Villadieguen.
-Que Gott nos coja confesados y con las mudas limpias porque no ibamos a durar aquí ni un suspiro.

Patxi, al llegar a la zona izquierda para informar a sus hombres se da cuenta de que el panzerfaust, contraviniendo las órdenes dadas por su superior, puede tener una oportunidad.
-Herr Oberst, tengo confianza en que mi panzerfaust pueda hacer algo a ese Stuart. Intentaré ver hasta que alcance puedo acercarme arrastrándome sin ser detectado porque mandar el Panther sin levantar sospechas, con lo tocho que es....
El Oberst piensa que a Patxi le ha dado ahora por ser fino cual cirujano y se pone a cavilar en las vueltas y las sorpresas que da la vida.
-De todas formas, como soy un soldado obediente y leal a mis mandos, sigo con la aproximación del Panther de Behn.
El pesado blindado avanza lentamente por el húmedo campo. Espero que el mando no confunda el ritmo pachanguero del blindado a renuencia a la hora de acatar las órdenes dadas.
-Es por el jodío terreno húmedo -afirma Behn a Patxi por línea interna.
-Confío en usted pero ya sabe que hay mucho malpensado entre esos chupatintas que acompañan al Oberst.

El sargento Ostehaus, viendo como las tropas norteamericanas están pivotando hacia la colina, sugiere a Patxi que viendo el terreno y el cariz que está tomando el asunto (con los americanos sacando tropas del pueblo hacia la colina), puede haber una alternativa a la hora de acercarnos a la aldea, evitando la colina: enviando el resto de fuerzas acorazadas por la derecha, por el fondo del valle.

El Oberst escucha la idea. Y calla. Sucede un poco como los entrenadores de fútbol y los miles de espectadores en las gradas. Todos tienen una táctica ganadora y una alineación infalible.

[Patxi]

Von Patoso en su avance ha localizado otro carro ligero. El Oberst se muestra preocupado:

-Cada vez aparecen mas blindados por sus informes desde vanguardia. No nos quedará otra que hacer buen uso de nuestros felinos o la infantería llegara un momento que no pueda avanzar por si sola.

La preocupación también es compartida por Von Patoso:

-Muchos carros me parecen a mi. Mal rollo. Veamos cómo se porta Willberg.

Un mal presagio se extiende lento y pesado entre los oficiales alemanes. Los carros alemanes. El panzerfaust encargado del Stuart en la colina. Los agotados soldados de Von. Todos se mueven despacio hacia delante. Pies de plomo.

-Con todos esos carros ahí apostados a la infantería le va a resultar imposible avanzar. Esto va a ser un duelo de carros de combate.

Un duelo desigual. Varios enemigos para cada blindado propio. La cosa pinta jodida. Avanzar un palmo de terreno cuesta horrores y produce una sensación de tensión y ahogo terrible.

[Patxi]

Los aliados están bastante bien plantados.... Es más, ahora los tipos, viendo nuestros timoratos avances, se crecen y pasan a la ofensiva.

En el flanco izquierdo, Patzi ordenad retroceder la Pantera y sacar a pasear al minino chiquitín. Un bazooka enemigo que se ha acercado de forma temeraria por los campos arados, se ha atrevido a lanzar tres granadas que pasan silbando por encima del casco del blindado de Bhen:
-Será hijop.....
El comandante cierra la escotilla dejándose caer en el asiento. El ataque del bazooka tiene escaso resultado, también es verdad, pero habla bien a las claras de las intenciones yanquis. Behn suplica por la radio:

-Si alguno de vuestros muchachos tienen visión sobre él, les estaría agradecido si consiguen coserle al casaca a balazos.

Patzi, más retrasado, ve retroceder el Panther. Es una maldita carretera sin ningún tipo de cobertura, por terreno abierto y elevado. Comprende lo dificil que es avanzar en esas condiciones. No pueden imaginarse lo que inquieta a sus carristas tener que avanzar por esa carretera, con tres posibles blindados enemigos enfrente y echar un ojo a su derecha para comprobar que no haya infantería enemiga con bazookas en el enorme campo que pendiente abajo, va a acabar hacia la zona baja donde intenta progresar Von Patoso.
A Behn le faltan ojos para tanta amenaza. A este paso, va a acabar estrábico perdido, como los camaleones y no se iban a comer un culín en las fiestas patronales tras la guerra:


Camaleón pantera

Desde la colina, ven también soldados norteamericanos avanzando por la carretera por donde iba reptando el antitanque sobre el que tenía puestas muchas expectativas. El Panzerscherk reptiliano que tenía las rodillas y codos desollados de tanto arrastrarse.
Patxi, preocupado, ve que tendrán que extremar mucho más las precauciones e ir con mucho más cuidado y empezar a abrir fuego desde la colina, sin esperar la llegada de esa MG, para impedir que los infantes yanquis sigan progresando porque van a acabar cazando al panzerscherk milagrero que quería usar para enviar al Stuart a freir cucamonas, evitando exponer a la insignia de sus fuerzas acorazadas a un combate a corta distancia.
Resumiendo todos aquellos pensamientos, radia un mensaje para el Alto Mando:
-Las cosas se complican por este lado.

Se enciende un pitillo con torpeza. Necesita calmar los nervios. Nunca antes vió con tanta claridad formarse una tormenta perfecta sobre sus cabezas. La adrenalina recorría los cuerpos de cada uno de sus hombres y, por un momento, Patxi pensó que esos instantes previos a un combate le hacían sentirse más vivo que nunca.

-Ahhhh, me encantan estos momentos previos al combate....

[Patxi]

El Oberst asiente. Que se las apañen como buenamente puedan ahí arriba. Un Sherman de 76mm, un Stuart, la infantería. No tenía neuronas suficientes para manejar tantos pensamientos. Fiaba el avance del pueblo a la parte baja del valle, cubriéndose con los árboles y entrando en la localidad por un flanco. Ordena a Von Patoso:

-Von Patoso, necesito que envie con mucho cuidado a dos unidades de reconocimiento, y que se sitúen en la casa que tienes enfrente de dos pisos. Una escuadra mirando al Este y otra al Oeste. Si logras entrar sin que te localicen, creo que desde ese segundo piso podremos observar mejor los movimientos de los carros americanos.

Hace una pausa para tomar aliento y prosigue antes de que su subalterno proteste:

-Voy a mover al Pz IV para apoyar su ataque, Von -y añade para no tener que soportar los lamentos de Patzi-, el otro Pz IV lo dejaremos en reserva por el momento.

Aparte de lidiar con los yanquis, hay que mimar también la moral de la tropa. Sobre todo cuando hay tanta prima donna entre la oficialidad. La radio chasquea con la respuesta de Von:

-Herr Kommandant, lo de llegar a la casa es posible. Ahora bien, que no me vean lo veo complicado. Aún así, ya he mandado a reptar a unos cuantos.

Efectivamente, la infantería ya se encuentra pegada tierra, reduciendo silueta y masticando hierba, mientras avanza hacia el enemigo. La gente de ese austriaco tiene los huevos de hormigón armado.

En el otro lado del frente, en las faldas de la colina, Patzi reflexiona sobre la tormenta que está a punto de desatarse en aquel lado. Habla a su querido Willberg que avanza impertérrito hacia el desastre.

-Un Tiger contra 6 blindados enemigos. Proporción pareja. Nuestros logros, camaradas, resonarán en los oídos del Furher....

No obtiene respuesta. Patxi calla y piensa en lo que tiene que estar pensando su antiguo subalterno. Lo que tiene que estar pasando dentro del blindado. Ojala pudiera ayudarlos. Suspira por unas cuantas cargas de demolición para colarnos entre los setos y no constreñir nuestros movimientos a esa única carretera elevada.

El Oberst le otorga con ciertas reticencias la reserva blindada que estaba reteniendo:

-Herr Patxi, viendo el movimiento de esos carros americanos apoyando el Stuart, le asigno el Pz IV de reserva para que coordine su ataque con el Panther. Si se complica la cosa, iremos moviendo de un sector a otro los blindados. Por el momento con esos dos carros puede apuntalar su posición para evitar que sigan avanzando más los blindados yankees.

Resumiento y en corto, el avance del ala izquierda se congela temporalmente.

[Patxi]

Los blindados yankees no se detienen. Pasan a la ofensiva y a los blindados del sector izquierdo les entra la tirrilera. Se oye por las radios voces que apenas pueden esconder el histerismo que empieza a adueñarse de los carristas de Patzi:

-Joder, joder, joder..... Imposible aguantar la posición aquí. Permiso para retirarme de la carretera y adoptar posiciones defensivas. Estoy en posición muy precaria. El enemigo se mueve de forma impetuosa. Cambio.

Al otro lado de la linea, el Oberst mantiene la calma y no se deja llevar por el nerviosismo reinante:

-Están contraatacando claramente por su flanco. Permiso concedido. Reagrúpese junto con el Pz IV en mejor posición defensiva en espera de recibir al enemigo.

El tono ayuda. Este Oberst es un tipo cuajado. No cabe duda. Ayuda a calmar los nervios. Tiene un cierto efecto balsámico tener un superior que comprende la situación y que no se arruga a la hora de ordenar un pequeño repliegue. Al otro lado del frente, en la parte baja del campo de batalla, Von Patoso se extraña de lo que está oyendo:

-¿No se suponía que atacábamos nosotros? Voy avanzando con los blindados.

Sus hombres siguen avanzando, dejando su flanco izquierdo algo expuesto. Mientras que los blindados enemigos se entretengan expulsando a Patzi de las alturas, podremos tener una pequeña posibilidad de forzar la entrada al pueblo por este lado, piensa Tiopepe. Von Patoso no las tiene tampoco todas consigo y añade:

-La unidad AT está intentando tomar posiciones....- y obvia añadir que no sabe si llegará con vida. Poca cobertura y enemigos poderosos.

Tiopepe contesta a su subordinado:

-Von Patoso, prepare su Panther (Willberg) y a la infantería, que a mi llegada iniciaremos el asalto.

Un Panzer IV ha sido despachado hacia allí y esta a punto de abandonar la carretera para penetrar en el bosquecillo por donde las tropas de Von han conseguido avanzar buscando cierto resguardo.